Es lo que parecen proponer, desde
Bruselas, para que la entrada a Ceuta y a Melilla sea más
cómoda para todos aquellos que, de una manera irregular,
tratan de entrar a estas dos ciudades autónomas y de aquí
saltar al resto del territorio español o a otra parte de
Europa.
Y ya es lamentable que sea la propia Bruselas la que avise a
España para que no use fuerza alguna en Ceuta y en Melilla,
por lo que tanto la Guardia Civil, como las demás fuerzas de
seguridad tendrán que andar con los pies de plomo y, si
llega el caso, “pedir disculpas a los inmigrantes
irregulares por si el camino no estaba lo suficientemente
llano para que anduvieran más cómodos”.
Y en escena vuelve a aparecer “la CECI”, esto es Cecilia
Malmström, al resaltar que no va a vacilar en actuar si
detecta incumplimientos de la legislación de la UE.
Queda muy claro, “la CECI es la propia ley”, con lo que,
para servirla mejor, lo que habría que hacer en adelante,
desde Ceuta o desde Melilla, o desde ambas a la vez, es ir
recogiendo a cada uno de los inmigrantes irregulares,
acondicionarlos en el vehículo más cómodo, llevarlos hasta
Bruselas y entregárselos a la propia Cecilia Malmström para
que ella los atienda, en su propia residencia, pero, al
mismo tiempo, que sea ella, también, la que atienda todas
las necesidades de la Guardia Civil o de las demás fuerzas
de seguridad de España y sus familias, cuando resulten
heridos como consecuencia de uno de esos servicios tan
complicados que tienen que hacer, a diario, ante las
llegadas de inmigrantes irregulares.
Bruselas, por poder, podría decir hasta misa, pero si quiere
una política de puertas abiertas, que esas puertas se abran
en todas partes, en Bélgica, en Alemania, en Francia, en
Suecia y en todas partes de la misma manera.
Cecilia Malmström no sabe por donde anda y desde luego no
sabe, no entiende y no tiene capacidad para comprender la
situación de Ceuta o de Melilla, así como tampoco tiene la
más ligera idea del trabajo digno y eficiente que llevan a
cabo aquí, tanto la Guardia Civil, como todas las demás
fuerzas de seguridad.
Cecilia Malmström creo que ha nacido tarde y quiere ella,
por si sola, que se perdonen a Europa las tropelías que, en
su momento, hizo con la descolonización, claro que esas
tropelías no las tienen que pagar ahora, precisamente, Ceuta
y Melilla. Eso de ninguna manera.
La comisaria de Interior ha avisado, pues, al Gobierno de
España sobre la forma de impedir a los inmigrantes
irregulares cruzar las fronteras de Ceuta y de Melilla,
asegurando que actuará si detecta cualquier tipo de
incumplimiento de la legislación de la Unión Europea:” Las
medidas de vigilancia de las fronteras deben ser
proporcionadas y sólo se puede utilizar la fuerza en caso
necesario ...”. Palabras bonitas, las mismas que
pronunciaría al salir de un “retiro espiritual” o de unos
“ejercicios espirituales”, con términos como “hay que ser
buenos...”, pero lo que ignora, en esto es una ignorante,
“la CECI” es lo que ha recalcado, muy atinadamente, el
ministro del Interior de España, Jorge Fernández, sobre los
asaltantes de la valla de Melilla y que según el propio
ministro:”cuentan con entrenamiento y planificación
profesional, organizada por mafias”. Eso no lo sabe Cecilia
Malmström, o pretende ignorar, también, que algunos de estos
inmigrantes han amenazado a la Guardia Civil que está
vigilando la frontera.
Muchas advertencias, desde Bruselas y una gran ignorancia de
lo que sucede con muchos de estos inmigrantes, porque no
todos son pobrecitos, sino que hay muchos, una mayoría, que
por la buenas o por las malas se quieren colar a Europa.
Particularmente, si es que se quieren colar para llegar a
Bruselas, no me importa nada. Lo otro si me importa y mucho.
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