Así dice un estribillo de una
canción de Juan Manuel Serrat, aunque éste bien que se puede
aplicar a los argumentos y las iniciativas que han puesto
este martes los representantes, tanto de la Ciudad, de la
Cámara, Confederación y otros colectivos encima de la mesa,
y es por eso, que como dice la canción este martes ha sido
un buen día.
Y es lógico decirlo, porque aquí en lo relativo a una
parcela tan importante como es el Turismo se ha hablado
mucho pero ciertamente se ha hecho poco. Todo el mundo
acertaba en el diagnóstico, aunque luego se continuaba
asistiendo a las ferias del sector de Bilbao o Barcelona,
por citarlas como ejemplo.
La pregunta siempre se caía de madura ¿Qué pintamos en esa
feria? ¿Qué vamos a vender allí?. En la ciudad el discurso
era diamentralmente distinto, a todos se les llenaba la boca
a la hora de decir que el cliente potencial para los
establecimientos de la ciudad es el de Marruecos, aunque a
veces estos tengan que soportar horas de colas para poder
entrar en Ceuta.
Si uno pregunta a cualquier empresario del Campo de
Gibraltar o de la Costa del Sol, todos vendrán a alabar y a
significar como Ceuta supo acomodar su comercio y la ciudad
una vez que abrieron al paso la frontera de Gibraltar. El
giro fue perfecto, Ceuta supo entender que su futuro pasaba
por un entendimiento con su vecino más próximo, Marruecos.
Los números hablan por sí solos. Son muchos lo millones de
ventas las que se hacen desde los polígonos del Tarajal.
Este martes, los responsables económicos y turísticos de
Ceuta han empezado a concretar sobre el papel su apuesta por
el turismo marroquí, que a la planta hotelera le está
dejando pingües beneficios y para saberlo solo basta con
preguntar a sus directores.
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