Es lo que se detecta en muchos
sectores, incluso de responsabilidad, en Ceuta, cuando se
habla de la serie de “posibles inmigrantes”, en las
cercanías de la Ciudad.
La cosa no es para menos, aunque la seguridad que hay, o
aparentemente existe aquí, no debiera aportar miedo alguno a
los movimientos externos.
De todas formas, y ahora más que nunca, la preocupación
especial tiene que surgir, cuando de todos esos inmigrantes
que se acercan y algunos pueden llegar a entrar a Ceuta, no
tenemos la más mínima idea de cual es su lugar de origen,
inicialmente, y ello preocupa por esos problemas sanitarios
que hay en muchos países de donde pueden desplazarse hasta
aquí.
Pero hay más, las Fuerzas de Seguridad del Estado, fuerzas
que en Ceuta, en concreto, están haciendo una gran labor, a
lo largo de toda su historia, tienen que y van a actuar con
la mayor diligencia y efectividad para evitar problemas a la
población, de eso no me cabe la menor duda. Con todo, sí me
acarrean muchas, muchísimas dudas las interpretaciones que
la “progresía barata”, aquí y en el resto del territorio
nacional, van a hacer sobre la actuación, cuando actúen, de
la Guardia Civil o de la Policía Nacional. Eso es lo
preocupante, que haya personas dotadas de ojos miopes, pero
no exentos de cierto daltonismo que les hacen justipreciar,
a su propio capricho, acciones que nada tienen que ver con
su actividad. Esto me preocupa a mí y debe preocuparnos a
todos.
El propio delegado del Gobierno en Ceuta no esquiva esa
preocupación, ante la presencia de un gran número de
subsaharianos en las inmediaciones de la frontera de Ceuta.
La realidad es que, aún, están en territorio marroquí, con
lo que la preocupación debe ser relativa, según la
predisposición que haya al otro lado de la frontera para
frenar en seco, o para simplemente tratar de impedir el
paso.
Por ahora, pues, tendrían que pasar de la barrera que
suponen las fuerzas de Marruecos y, a continuación, asaltar,
saltar la valla y ser frenados aquí dentro. Muchos pasos y
todos con unos colores que nunca suelen repetirse, por no
ser los mismos. Dejemos que pase el tiempo.
Problemas, hoy por hoy, no los hay, lo que no quiere decir
que no llegue a haberlos mañana, pongamos por caso, por
cuanto está claro que la situación en Ceuta no es igual, no
es la misma que en Melilla y para que no llegue a
equipararse con lo de Melilla se están tomando todas las
medidas necesarias, en este terreno.
Unas medidas, si se quiere, muy flexibles, descartando el
cierre total de puertas para evitar otro tipo de descalabros
económicos en Ceuta.
Las cosas no son tan fáciles como las ven ciertas ong´s,
desde un despacho, o como las pueda ver yo, delante del
ordenador. Y es que hay elementos que sobrepasan la
inmigración irregular en los controles de las fronteras, el
no saber, muchas veces, si el que entra es un inmigrante más
buscando una mejora de sus condiciones, algo explicable, por
otra parte, o si ese que entra viene a buscar algo de otro
tipo.
La flexibilidad, a veces, se hace necesaria, pero esa
flexibilidad puede desbaratar todo un sistema de seguridad,
por lo que nos rodea, mundo sanitario y otras corrientes
que, también, están hoy de moda, o eso parece, en nuestro
alrededor.
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