La credibilidad es la capacidad de
ser creíble y esta vinculada a los componentes objetivos y
subjetivos que hacen que el discurso sea real para otras
personas. No se puede tener credibilidad sin proyectar
confianza y veracidad. La credibilidad esta estrechamente
ligada a la verdad y cuando se demuestra que no se transmite
la verdad se pierde credibilidad. Y eso es lo que le viene
pasando al Gobierno de la Ciudad, cuya credibilidad parece
estar tocado fondo. Porque si grave es adjudicar a dedo un
contrato, más grave aún es sorprender a miembros del
Gobierno faltando a la verdad. En política la credibilidad
es un valor imprescindible y una vez que se pierde
difícilmente se lograr recuperar.
Por ello, en relación a la polémica surgida en los últimos
días en torno a ACEMSA y la EDAR, además de retificar los
“errores” cometidos, el presidente Vivas debe poner todos
sus sentidos en generar confianza en los ceutíes. En los
siete meses que restan hasta las próximas elecciones Vivas
debería tratar, por todos los medios, de restituir la
credibilidad de su Gobierno; una credibilidad que nunca se
debió dejar perder. Y para ello es necesario generar
confianza en que se está haciendo lo que hay que hacer y
confianza en que se está diciendo toda la verdad con
absoluta transparencia.
La ciudadanía que esta fuera de las ideologías de poder y de
los partidos políticos, entienden que algo no anda bien y
que todo tiene algo escondido. Lamentablemente, la mayoría
de los ciudadanos han perdido la capacidad de creer en los
políticos y en las instituciones que manejan, y a pesar de
que puedan estar haciendo algunas cosas bien, la sensación
en el ambiente es que todo anda mal, que algunos abusan en
detrimento de otros y que toda solución es inviable porque
no hay credibilidad. Recuperarla debe ser el objetivo
prioritario del presidente Vivas.
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