Buenos días, Ceuta.
Largo fin de semana pasado en la Feria del Rosario, de
Fuengirola, con las nubes danzando en la vertical del Real
amenazando con aguar la fiesta. Menos mal que estuvieron
contenidas en un esfuerzo por permitir ser felices a unas
criaturas.
Este fin de semana ha estado dedicado íntegramente a mi hijo
pequeño que ha disfrutado de toda esa parafernalia festiva y
ferial. Sólo con ver la sonrisa en el rostro de mi chico me
hace olvidar instantáneamente el quebranto del presupuesto
mensual familiar que ocasiona unos gastos que en
contabilidad se denominan Imprevistos.
Aunque en Contabilidad, bancaria sobre todo, existe una
partida que se denomina ‘Imprevistos previstos’, aunque
realmente tiene otra denominación, y que corresponden a una
cuenta opaca en la que se deposita un dinero ‘sobrante’ de
las preferentes, nueva denominación de la estafa, del que
pueden disponer todo sinvergüenza con sus tarjetas opacas
como la misma cuenta.
Mientras que un alto porcentaje de ciudadanos sufren las
consecuencias de la supuesta crisis económica, sigo
insistiendo en que es una mentira, un grupo de ciudadanos
sinvergüenzas celebran por todo lo alto los rescates
bancarios con opíparas cenas en restaurantes de lujo,
propiedad alguno de alguno de los sinvergüenzas, gastasen
miles de euros en discotecas, pubs, bodegas de buen vino,
etc., y quién sabe si también en burdeles. Y todo ello con
dinero que no les pertenece.
Mientras muchos ciudadanos, ya maduros muchos de ellos, las
pasan canutas y tienen que vivir en casa y comiendo del
dinero de sus padres o abuelos, que ahorraron con su
esfuerzo laboral, viajando en incómodos autocares, esos
sinvergüenzas pernoctan en hoteles de lujo todo incluido,
viajando en primera clase de aviones y trenes de alta
velocidad.
Mientras que algunos ciudadanos, hartos de estar en
permanente crisis, roban unos plátanos o unas patatas para
que sus hijos no pasen hambre… sufren inmediatamente las
consecuencias de sus actos, a los sinvergüenzas que roban a
ancianos todos sus ahorros, con las preferentes y otros
inventos, gastan alegremente el dinero del banco en movidas
de puta madre y en vez de ser condenados inmediatamente,
suelen recibir pleitesía, poco menos que al estilo musulmán
cuando rezan a Alá, por quienes dicen estar al servicio del
pueblo.
Mientras en África va muriendo gente por culpa de un
bichito, y las consecuencias que ello conlleva, en éste país
se pasan las horas y los días discutiendo esto o aquello,
echando las culpas a una pobre auxiliar de enfermería y a un
pobre conductor de ambulancia, en vez de tomar medidas
preventivas seguras, aumentar la financiación de Sanidad y
de Investigación y Desarrollo, de paso bajando el paro,
además de echar un ‘capote’ al problema africano.
Mientras los EE.UU de América ofrece 159 millones de euros
(o su equivalente en dólares) para ayudar a combatir el
Ébola, éste país dona una limosna de cuatrocientos y pico
mil euros de manera tan rácana que no sé cómo no se les cae
las caras de vergüenza, sabiendo cómo deben saber que los
ciudadanos de manera altruista donan doscientos mil euros
más que el Gobierno. País de sinvergüenzas y quijotes.
Mientras esos sinvergüenzas son perdonados por Hacienda
(Amnistía Fiscal), a pesar de sus cientos de miles de
millones amasados fraudulentamente, no me digan que no, los
jubilados se las ven negras por la presión fiscal a que son
sometidos (les arrebatan el porcentaje del IRPF directamente
sin que puedan hacer nada), a pesar de que contribuyeron en
su vida laboral y que, por lógica más elemental, no tienen
por qué seguir tributando una vez jubilados, ya que son eso:
jubilados y merecen tener una vida placentera después de
tantos años amargados.
Mientras gente anónima se encarga, buenamente como pueden,
de informar al ciudadano, en ateneos o aulas, las cosas
graves que suceden en el país y cómo resolverlas (casos
Ébola, tarjetas, Gürtel, etc.), al PP no se les ocurre otra
cosa que manifestar eso de la teoría de la conspiración…
¡¡ven rojos hasta en el Ébola!!... y el Marhuenda diciendo
que la ‘marea blanca’ es de izquierdas
Mientras cientos de españoles se juegan la vida en distintas
partes del mundo, el muy católico ministro de Interior
afirma que hicieron bien en repatriar a los misioneros, yo
le pregunto si tanto cree en la Iglesia Católica ¿Por qué NO
se preocupa ésta por los enfermos de Ébola? ¿Dios los cura?
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