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					Hace poco que han abierto sus puertas los colegios, 
					institutos y recientemente la universidad. Ha comenzado un 
					nuevo curso escolar. Toda la Comunidad Educativa está 
					inmersa en el nuevo reto que supone mirar al futuro buscando 
					la excelencia y mejorar nuestros pobres resultados 
					académicos.  
					 
					Se ha producido un cambio educativo que, si todos remamos 
					juntos y en la misma dirección, nos devolverá a los puestos 
					de cabeza en los índices de resultados académicos de nuestro 
					entorno. Ahora cuando el rumbo está fijado, vuelve el PSOE a 
					hablar de política de pactos en educación. Y a ello dedico 
					este artículo para pedir al primer partido de la oposición 
					su apoyo y a la vez que cambie su errático rumbo populista 
					dejando de mirar al pasado.  
					 
					No se puede pedir un pacto educativo, cuando no aceptan nada 
					que no sea la vuelta a la Ley Orgánica de Educación (LOE) y 
					la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), leyes 
					que tan poco han contribuido al éxito de nuestros alumnos. 
					Para el PSOE pactar es volver a los errores que han llevado 
					a España a ser unos de los últimos países en comprensión 
					lectora y matemáticas de la Organización para la Cooperación 
					y el Desarrollo Económicos (OCDE), entidad que agrupa a 34 
					países desarrollados, entre ellos Alemania, Francia, 
					Portugal, Italia, Reino Unido, EEUU, Canadá, Japón 
					México..., y cuya misión es promover políticas que mejoren 
					el bienestar económico y social de las personas en todo el 
					mundo. Exactamente ocupamos el lugar 26 entre los 34 países 
					evaluados, muy por debajo de la media de la Unión Europea 
					21, como hemos visto tras la publicación de los resultados 
					del Programa PISA 2009 y 2012.  
					 
					Nuestra izquierda tiene como única solución la inversión en 
					educación, ciega a los indicadores de las evaluaciones 
					internacionales que cifran nuestro gasto por alumno en 9.800 
					dólares (medido en paridades de poder de compra), un 6% 
					superior a los 9.252 de la OCDE y un 7% por encima de los 
					9.122 de la UE-21 (Extracto de la Tabla B1.1a de Education 
					at a Glance. OCDE. 2012). Como bien ha señalado Sandra Moneo 
					portavoz del Partido Popular en el Congreso “no existe 
					correlación entre inversión y abandono educativo temprano” 
					y, como han puesto de manifiesto los presupuestos expansivos 
					en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, no han 
					logrado mejorar los resultados en el sistema educativo 
					español.  
					 
					Siempre hemos estado y estaremos prestos a pactar en los 
					temas de Estado. La educación es, sin lugar a dudas, uno de 
					los más importantes temas. Pero sepan que para pactar en 
					temas de Estado, sea modificar la Constitución de 1978, o 
					fijar un modelo educativo hay que sentarse a hablar 
					sabiendo, antes de nada, que es lo que se quiere hacer y 
					cumplir con dos premisas: la primera el absoluto respeto a 
					las leyes, y segundo, que todas las partes implicadas en ese 
					acuerdo tienen que ceder para lograr un punto de encuentro 
					donde se potencie lo que nos une y sea mejor para España. 
					Silva precisamente como ejemplo el artículo 27 de nuestra 
					Carta Magna relativo a la educación, máximo exponente del 
					consenso, que ha permitido y debe de seguir permitiendo 
					gobernar en educación sin rupturas ni sobresaltos, 
					independientemente del gobierno de turno.  
					 
					Ninguna de las dos premisas anteriores están en la mente de 
					los actuales dirigentes del PSOE, que dirige el ocurrente 
					Pedro Sánchez (sí hombre, el de la eliminación del 
					Ministerio de Defensa entre sus últimas ideas, por no citar 
					su segunda salida de tono en Europa al pedir a sus 
					eurodiputados no hacer lo mismo que el grupo socialista 
					europeo y votar contra el candidato español alineándose con 
					la extrema izquierda y extrema derecha europea).  
					 
					En palabras de la ya citada Sandra Moneo: “La credibilidad 
					del PSOE a la hora de ofrecer un pacto (en educación) es 
					nula porque lo fundamentan en un único modelo, el suyo”, así 
					lo han demostrado con la LOCE a la que no dieron oportunidad 
					de aplicarse en el año 2004, o el pacto vergonzante (tal y 
					como dije y así queda recogido en el Diario de Sesiones del 
					Senado) que los retrata con los nacionalistas ayer, hoy 
					separatistas, IU, la izquierda más radical ERC y Amaiur (el 
					lector puede ponerle otro calificativo, menos suave que 
					izquierda radical, a esta última formación política) para 
					derogar la LOMCE .  
					 
					Señores dirigentes del PSOE, su modelo educativo es el 
					modelo socialista de educación comprensiva, que ha quedado 
					caduco. Confunden igualdad de oportunidades con 
					igualitarismo de base, es decir, igualar por abajo, 
					cercenando el esfuerzo, la capacidad y la superación, 
					consiguiendo que la tasa de abandono educativo temprano en 
					España sea del 24 % -uno de cada cuatro alumnos se va sin 
					titulación terciaria del sistema educativo-, el doble que la 
					media europea.  
					 
					Sus aportaciones a la mejora de España es siempre la misma: 
					hace falta más dinero, hay que aumentar el presupuesto. A 
					ser posible en forma de subvenciones indiscriminadas, sin 
					tener en cuenta el nivel de renta de las familias, o el 
					esfuerzo de los alumnos. Y cuando se les pregunta donde 
					ocultan la máquina de hacer dinero para pagar esos 
					incrementos, dicen que se financiarán con la subida de 
					impuestos. Y eso es lo único que nos sobra en España, 
					impuestos para financiar la tremenda deuda que estamos 
					pagando, y seguirán haciéndolo nuestros hijos, pues todavía 
					tendrán que pasar muchos años hasta que devolvamos todo lo 
					que debemos con sus correspondientes intereses.  
					 
					Ahora dicen que hay que subir el porcentaje dedicado a 
					educación al 7% (lo mismo podían decir el 20 %). Saben que 
					eso no es posible, pues cuando gobernaron con bonanza 
					económica, y entonces si podían, no lo hicieron. ¡Si no 
					fueron capaces de construir ni un sólo centro educativo en 
					ocho años en Ceuta! Eso sí, nadie protestaba. No había 
					contestación social por parte de los de siempre. Las quejas 
					para cuando gobierne el Partido Popular.  
					 
					Ustedes nos recriminan por haber salvados las becas y ayudas 
					al estudio, pues dejaron un sistema quebrado. Ahora el 
					gobierno de Mariano Rajoy ha enderezado la economía española 
					y volvemos a crecer en riqueza y empleo y elevando la 
					cuantía de las becas hasta alcanzar los 1.469 millones de 
					euros, siendo el mayor impacto presupuestario en este 
					concepto. Pero dinero de verdad, del comprometido y 
					ejecutado, no como los de hace unos años que con argucias 
					contables se aumentaba la partida de becas y ayudas 
					computando, en el presupuesto siguiente, el dinero que se 
					gastaba en el ejercicio anterior.  
					 
					Nos recriminan por construir un modelo donde estudiar 
					Bachillerato o Formación Profesional sean dos caminos igual 
					de importantes, donde todos alumnos, familias y docentes 
					tengan los mismos derechos y obligaciones en todo el 
					territorio nacional. Un modelo basado en la defensa de 
					nuestra lengua común: el castellano, sin menoscabo de la 
					riqueza de otras lenguas cooficiales, donde el esfuerzo y la 
					constancia sean reconocidos. No aceptan que haya sido el 
					Partido Popular el que haya conseguido reflejar en la ley 
					que el profesorado tiene la consideración de “autoridad 
					pública”.  
					 
					En cambio, nosotros estamos orgullosos de esta política 
					educativa que con el esfuerzo y la ayuda de toda la 
					comunidad educativa, familia, padres y alumnos, logrará 
					ofrecer a nuestra juventud una mejor y mayor formación y, 
					con ello un futuro menos incierto.  
					 
					*Senador por Ceuta  
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