Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Ceuta,
encargado de la investigación, han logrado identificar a
varios implicados en una estafa bancaria en la modalidad de
“carding”. Entre ellos se encuentran A.R.C. de nacionalidad
británica, con domicilio en Marbella, I.D.G.P. de
nacionalidad española, domiciliada en Granada y J.R.S.
también español y domiciliado en Almería. Aunque los agentes
tienen sospechas fundadas de que los dos españoles
identificados, podrían ser, al igual que la denunciante,
potenciales víctimas del delito investigado, habiendo
utilizado sus datos de contacto de forma fraudulenta por
terceras personas.
La investigación comenzó hace unos meses, cuando se presentó
en la Jefatura Superior de Ceuta una denuncia, en la que la
víctima reflejaba que, cuando se encontraba comprobando los
movimientos de su cuenta corriente, se percató de un cargo a
través de su tarjeta bancaria que ella no recordaba haber
realizado. Por tanto, decidió llamar a su banco para aclarar
lo sucedido, comunicándole que era un cargo realizado en una
agencia de viajes. La víctima contestó que esa operación no
había sido realizada por ella, por lo que desde departamento
de fraude de esta entidad le aconsejaron que pasara a
formular denuncia y que, además, su tarjeta sería cancelada.
En ese momento, los hechos se pone en conocimiento del grupo
de Policía Judicial encargado de la investigación de los
delitos económicos, así como los efectuados a través de las
nuevas tecnologías, en concreto, a través de Internet.
Dentro de estos delitos se encuentra la modalidad de “carding”,
cuyo “modus operandi” consiste en que los cyberdelincuentes,
valiéndose de distintos programas informáticos, destinados a
la obtención de datos registrados por las empresas
relacionadas con el comercio electrónico (sobre todo los
relativos a las tarjetas de crédito, de ahí su nombre), usan
los números de esas tarjetas fraudulentamente para
beneficiarse económicamente, ya sea, traspasando dinero
directamente a otras cuentas o bien, realizando compras,
mayoritariamente vía on line, que serían cargadas a esas
tarjetas.
Cuando esos cargos son realizados en compras por Internet,
estos delincuentes extreman las medidas de seguridad, para
así, asegurarse su anonimato, realizando las conexiones a
través de cibercafés, áreas wifi públicas o aprovechándose
de aquellos usuarios de Internet con routers inalámbricos no
suficientemente protegidos, dificultando, más si cabe, la
investigación de los agentes.
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