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No se sabe muy bien si es que
alguien ha dado el pistoletazo de salida para las elecciones
o es que en la Asamblea de la Ciudad a alguien se le ha ido
la pinza y ha terminado volviéndose loco.
No es paranormal lo del pleno celebrado por la Corporación,
que empezó a las nueve y media de la mañana y terminó a las
doce menos veinte de la noche. ¿Qué ha pasado? ¿Pero es qué
en esta ciudad no hay quién piense con la cabeza? Ya se sabe
que en ocasiones, sobre todo con algunos debates, más
pareciera que los políticos lo hacen con otra cosa, pero lo
de este martes es algo inaudito, porque aunque hagan un
receso para comer, estar tantas horas es absurdo, sobre todo
cuando muchas de ellas se consumen en debates que no aportan
nada al ciudadano y ni tan siquiera para los políticos que
las están debatiendo.
A no ser que se piense que como estamos muy cerca de las
elecciones, los aspirantes y candidatos, al menos en la
sesión plenaria se conoció uno, ya que Vivas dijo a Carracao
que humildemente iba a competir con él en los comicios, es
entendible, por tanto, que ya se ha proclamado cabeza de
lista de su partido, los políticos se hayan puesto las pilas
y quieran demostrar que trabajan más que nadie. En la sesión
se llegaron a aburrir hasta las ovejas y más de uno lo
terminó pasando mal para poder despegar el trasero de la
silla.
No se entiende porqué aquí todo tiene que ser distinto,
porqué no se hacen las cosas como en otras autonomías, donde
los plenos se dividen en varias sesiones. Igual es que la
preparación, por ejemplo, del discurso ante la comparecencia
de Vivas a más de uno le ha dejado sin fecha libre
preparando el “y tú más” o el “pues anda que tú”. Está claro
que es de locura.
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OPINIÓN / EDITORIAL
