Mi primo Bonifacio, porque yo
tengo un primo que se llama Bonifacio, que nació en Ceuta.
Seguramente que si hubiese nacido en Cataluña se llamaría
Jorge y todos les dirían Jordi. Pero nació en esta
maravillosa tierra, auque no celebremos el día de Ceuta, ni
vamos a celebrar, por su suponer, el Día de los Difuntos que
estamos perdiendo, a pasos agigantados, nuestras
tradiciones, aunque esta tierra siga siendo española.
Bueno, a lo que vamos, que mi primo se llama Bonifacio,
aunque todos los familiares le llamamos Boni, para abreviar,
ha tenido una suerte, por partida doble en su vida. Me
explico.
Su padre, o sea mí tío, le dejo una herencia de 30 mil
pesetas de aquella época. Él sabiamente no se donde las
metió, que resulta que treinta años después se ha encontrado
con varios millones de euros, por aquello del cambiose
moneda. Ahora quieren cobrarle, no se cuántos millones por
durante todo ese tiempo no haberlos declarados.
Hombre, las cosas claras, hay que tener en cuenta que mí
primo el Boni, en treinta años, no ha tenido tiempo de saber
cuánto tenía ahorrado, ya que estaba dedicado a otros
menesteres, más importantes, como formar parte de no se qué
cosa de la política, que le ha llevado a entrar en el
consejo de administración de una Caja donde le han dado una
tarjeta, con la que se ha dado unas comilonas de aquí te
quiero ver, viajando con su señora y sus hijos y comprando
todo lo que había que comprar. Y eso, que conste, que mí
primo no tenía ni la más remota idea de lo que era ser
banquero, ni para qué valía un banco o una Caja de Ahorros.
Total analfabeto en estos asuntos.
Ahora, está preocupado porque tiene que pagar no se cuántos
millones de la herencia de su padre y, además, tiene que
devolver lo que se ha gastado en comilonas, viaje y otras
cosillas que asciende a más de trecientos mil euros. La mala
suerte que tiene mí primo.
Igualito que la suerte que hemos tenido los funcionarios y
los pensionistas, los únicos que estamos pagando la deuda de
la crisis, que en los nuevos PGE., se les va devolver a los
funcionarios una cuarta parte de la paga extra, o sea un
puñado de higos, y se le sigue congelando sus salarios. Ni
te cuento, serrana del alma, la alegría que tienen todos los
funcionarios, que van a celebrarlo por todo lo alto con una
fiesta que será recogida, por su magnitud, por todos los
medios de difusión nacionales y extranjeros.
Y qué decirte de la alegría que nos ha proporcionado, a
todos los jubilados, la enorme subida que vamos a
experimentar en nuestra pensión, partir del mes de enero,
con un aumento sobre la misma del 0,25%.
Cada uno puede hacer lo que más crea conveniente, con esa
enorme subida, que nos soluciona todos los problemas.
Servidor, o sea el menda, la dedicará a un par de cruceros y
quizás, esto me lo tengo que pensar, a la compra de un chalé.
Muchos se quejan porque, al parecer, en los PGE se les sube
la cosa a los políticos. Es lo menos que se puede hacer, que
para eso se pasan la vida trabajando en conseguir que
vivamos mejor el resto de los españoles. Es más, creo que
ganan poco, deberían ganar mucho más, con todo lo que están
aportando, de sus bolsillos, en esto de salir de la crisis.
¿O no?
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