Buenos días, Ceuta.
Llevo unos días tan malos que ignoro cómo acabarán, ya que
la ‘empresa’ de Cristóbal Montoro anda por medio.
Siguiendo la pauta marcada por mi anterior artículo,
continuaremos monologando, en mi caso, sobre la consulta.
Consulta que los peperos y socialistas convierten en
referéndum sin ninguna base legal que no sea un malísimo
traductor del catalán.
La actuación, tanto del Gobierno como del TC es la de una
dictadura pura y dura: el Gobierno no tenía ninguna
legalidad en recurrir UNA CONSULTA (la transforman en un
referéndum que no es) y se precipitaron en hacerlo en menos
que canta un gallo, cosa antidemocrática por completo que se
sabía con mucho tiempo de antelación, y en cuanto al TC se
han dado prisa en aceptar a trámite los recursos presentados
por Rajoy cuando estos deberían ser estudiados a conciencia
y contrastados con la Constitución española. Aquí huele a
gato encerrado.
El uso y el abuso de poder por parte de estas dos
instituciones, planta claramente el verdadero espíritu de la
Constitución del 78: la de seguir a medias con normas
obsoletas, caducas y promulgadas durante el franquismo. De
democracia no tiene ni las comas.
Que los peperos, a través del Gobierno, hayan recurrido el
9-N porque atenta contra la Constitución y los derechos de
todos me ha hecho tanta gracia que me he meado de la risa.
Que Rajoy y el PP hablen en defensa de la Constitución,
cuando siempre la han incumplido en cuestiones sociales… es
un chiste tan malo que ni a mi adorada Cristina Pedroche se
le ocurriría.
Mi opinión personal sobre este conflicto está plantada aquí
y, necesariamente, no persigo que nadie la secunde.
Vamos ahora por otra cosa: la aportación del Estado a la
Iglesia Católica.
Realmente no estamos en un Estado laico, cosa que contradice
la Constitución española, porque en la declaración de la
renta de los ciudadanos está implantada una trampa enorme.
Marcar la X en la casilla de la declaración es asignar a las
iglesias el 0,7 y no precisamente a la Iglesia Católica.
Además, cuando muchos no marcar esas casillas,
automáticamente se entiende que van a parar a la propia
Iglesia…
Veamos, si uno es protestante y marca la X como fines
religiosos… o si es Testigo de Jehová y pasa lo mismo… no
digamos si es musulmán y creyedo que iría para su Islam,
marca la X… ¿por qué pasa esto? Porque así lo quieren los
mandamases sometidos a la Conferencia Episcopal. Así lo
manifiesta el acuerdo entre el Estado español y la santa
Sede (data de 1979).
Para la Iglesia serán 158.400.000 millones de euros anuales
desde 2012, mientras que cientos de miles de familias las
pasan canutas sin ni siquiera una hostia que llevarse a la
boca.
Increíble que siga existiendo esta actuación económica:
recortes en educación, sanidad, etc., rebajas de salarios,
ceses sin consuelo, recorte del 15% en el gasto por
prestaciones por desempleo… pare Vd. de contar. Entretanto
los ‘jefazos’ se aumentan los sueldos, con el dinero
público, cómo y cuando quieren.
Esto es una risotada en la cara de todos los ciudadanos,
hasta con las subvenciones a fondo perdido a la banca, por
otro nombre llamado rescate. Se aseguran para el futuro dos
cosas cuando dejen la política: que sigan cobrando mucho
dinero como presidentes o consejeros de empresas estatales,
regaladas al capital privado, por una parte y como asesores
o consejeros de entidades bancarias privadas (a cuenta de
las subvenciones con las que rescataron a las mismas
entidades bancarias) y la segunda: asegurarse su alma en el
cielo sin necesidad de presentar el pasaporte a San Pedro.
Han hecho pagar su cuota correspondiente con cargo a los
ciudadanos del país que ni siquiera saben qué es el
Padrenuestro, recitarlo menos.
En fin, la vida sigue y yo también, pero dispuesto a marcar
la X bien grande en la casilla de ‘otros fines sociales’ en
la próxima declaración de la Renta.
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