PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE SEPTIEMBRE DE 2014

 
OPINIÓN / ANALISIS

Ceuta y Melilla se contagian de su entorno

Por Ignacio Cembrero


España padece una “amenaza terrorista máxima” porque además es frontera sur de Europa y dos de sus ciudades, Ceuta y Melilla, están en el “ojo del huracán”. El magistrado Javier Gómez Bermúdez, de 52 años, hacía estas observaciones alarmantes durante una conferencia que pronunció el jueves por la tarde en Málaga.

Horas después, en la madrugada del viernes, el titular del juzgado de instrucción número 3 de la Audiencia Nacional supervisaba, ya desde Madrid, cómo la policía culminaba en Melilla la investigación abierta por él sobre una red yihadista que dirigía un español, pero cuyos integrantes estaban en la vecina ciudad marroquí de Nador. Allí les echó el guante la policía antiterrorista marroquí.

Los nueve detenidos son los primeros a los que el Ministerio del Interior español atribuye en su comunicado la etiqueta del Estado Islámico, la organización terrorista que controla parte de Siria y de Irak, pero también señala que coordinaban sus actuaciones con la rama magrebí de Al Qaeda y otro grupo (MUYAO) más proclive al crimen organizado que al islamismo.

“Las fronteras teológicas, por decirlo de alguna manera, no son tan nítidas en el Magreb como en Oriente Próximo”, explica un alto cargo de Interior. “Los yihadistas detenidos tratan de apuntarse ahora al Estado Islámico porque es el movimiento más pujante”, añade. Acaba además de crear una sucursal en Argelia que tratará de extenderse por África del norte.

España tiene suerte con el millón y medio de musulmanes que residen en su territorio. La llama del radicalismo apenas ha prendido. Interior calcula que solo 51 musulmanes afincados en España han emigrado a Siria e Irak para hacer la yihad. El número es ridículo comparado con los 930 que salieron de Francia, los más de 400 del Reino Unido o los 250 de un país tan pequeño como Bélgica.

Pero España tiene también un problema: el extremismo está muy concentrado en sus dos ciudades norteafricanas. Casi la mitad de los yihadistas salieron de allí rumbo a Siria. La proporción es alta para una población de tan solo 85.000 musulmanes. La radicalización de esos chavales melillenses y, más aún, ceutíes se explica no solo porque habitan barrios marginados como La Cañada Hidum o El Príncipe sino porque viven en ósmosis con jóvenes marroquíes de las localidades fronterizas.

Un ejemplo de esa convivencia lo brinda Mohamed Hamduch, apodado Kokito, de 28 años, natural de Castillejos y que se hizo tristemente célebre cuando en primavera colgó una foto suya en Siria rodeado de las cabezas de enemigos que había cortado. Kokito está casado con la española ceutí Asia Ahmed Mohamed, que viajó a Siria en agosto, hermana de Younes, apodado Esponja, que cayó allí en combate.

El triangulo alrededor de Ceuta, formado por Castillejos, Tetuán y Tánger, es el principal vivero de reclutamiento de aspirantes marroquíes a la yihad por delante de los suburbios de Casablanca. En cambio en Nador, pegado a Melilla, el islamismo violento ha tardado en echar raíces aunque ya lo está haciendo. En total son 1.122 los combatientes marroquíes en Oriente Próximo, según Mohamed Hassad, el ministro de Interior, aunque otras fuentes indican que rondan los 1.500. Más de un 20% proceden del entorno de Ceuta.

En su lucha contra los reclutadores, que según Interior podrían en breve intentar perpetrar atentados en Europa, las fuerzas de seguridad españolas cuentan con un gran aliado: la DST marroquí. Con esta policía antiterrorista coordinan sus redadas y de ella se deshace en elogios la cúpula de Interior en España. Hasta el PSOE de Melilla la felicitó el viernes en Twitter. Gracias, entre otros motivos, a su eficacia, Marruecos es el país norteafricano menos golpeado por la violencia islamista. Y en España “no ha habido ningún atentado yihadista desde el 11-M”, recalcaba Gómez Bermúdez.

Pero la DST y su jefe, Abdellatif Hamouchi, son unos colaboradores incómodos. Emplean unos métodos represivos poco ortodoxos a juzgar por las denuncias que se formulan contra ellos. Por algo Aministía Internacional ha elegido al Ali Aarras, un melillense extraditado por España a Marruecos en 2010, como símbolo mundial de su lucha contra la tortura.

En Francia la Asociación de Cristianos por la Abolición de la Tortura ha denunciado a Hamouchi, pero la policía judicial no logró, en febrero, durante una visita a París, llevarle ante el juez instructor que le llamó a declarar. Se presentó ante la residencia del embajador marroquí en París y desató así una crisis diplomática franco-marroquí que aun dura. La DST encarceló, hace una década y durante nueve meses, en una prisión secreta, a un niño de 10 años, Elías Mejjati, hijo de un terrorista de Al Qaeda, según la ONG británica Reprieve. En febrero pasado Mejjati, que ahora tiene 21 años, se incorporó al Estado Islámico en Siria.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto