Buenos días, Ceuta.
Paso buenos ratos, todas las mañanas, en la piscina
municipal practicando natación a las órdenes de una
estupenda entrenadora, aunque ya no tengo edad para
competir.
Hay entrenadores y entrenadoras, pero en mi caso me ha
tocado ‘ella’. Me importa un pepino que sea hombre o mujer,
lo que me importa es que yo siga manteniendo el tipo y la
natación, desde que estaba en el C.N. Caballa, cuando lo
presidía Bernet y teniendo a Serrais como preparador, es uno
de los mejores ejercicios físicos para mantener el cuerpo
lozano.
En este caso no hay nada raro, lo raro es que salten chispas
cuando ha sido elegida una mujer como capitana del equipo de
la copa Davis.
A algunos deportistas de élite les extraña esto. Se nota que
son de derechas y embutidos en la cultura pedagógica del
franquismo que gobernó la moral a golpe de beatería y en la
supremacía de lo masculino.
Es raro que en este siglo siga existiendo esos prejuicios
contra las mujeres cuando, desde siempre, los hombres han
sido y son entrenadores de equipos femeninos. ¿No es
contradictorio?
Es raro que argumenten la sexualidad en el vestuario como
cosa mala. Y eso me hace meditar lo siguiente… ¿Entrenador
homosexual es válido?, ya sé que es una estupidez esto, pero
es raro que le den tanta importancia porque sea una mujer.
Se puede argumentar que para ser capitán del equipo de tenis
sea designado un ex jugador importante, con mucha historia a
sus espaldas, ya que ese ‘cargo’ es más bien honorífico y
puede tener objeciones técnicas, pero argumentar la
banalidad del vestuario ya es un poco rebuscado.
Mi opinión es que la designación de capitana del equipo de
la copa Davis a una mujer no es problema, el problema está
en que la persona elegida, por sí misma creo, no tiene
ningún palmarés relevante para portar ese honor.
Otra cosa rara es la postura del Consejo de Estado ante la
custodia compartida al entender que solo debe establecerse
cuando la solicite uno de los padres.
Con esta decisión el CE tumba el anteproyecto de ley de
corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación o
divorcio pendiente de aprobar por el Gobierno.
La propuesta de que el juez pudiera, incluso en contra de la
voluntad de los progenitores, acordar la custodia
compartida, después de recabar informes de ambas partes,
parece no agradar a los miembros del Consejo de Estado.
Esto es un gravísimo problema que afecta únicamente a los
hijos y que sigue sin solución. La custodia debe recaer en
ambos progenitores y salvo que concurriesen impedimentos
sobre alguno de ellos, estudiándose caso a caso, se
otorgaría a uno de ellos.
Sería raro que el Consejo de Estado usen a los niños como
moneda de cambio o arma arrojadiza, pero no lo es al estar
formado por miembros inmovilistas.
Tanta palabrería sobre igualdad para que luego vengan
sentencias o consejos que anulan la imaginaria igualdad, ya
que se sigue manteniendo esa norma de desigualdad como es
que el padre, el hombre, tenga embargado casi la mitad de su
sueldo que cobra la madre, la mujer, con lo que da
oportunidad a que ésta y los hijos se comporten como
parásitos.
Opino que teniendo el hijo padre y madre, o madre y padre,
la custodia ha de ser compartida como norma habitual ya que
la responsabilidad y el mantenimiento de los hijos no es
delegable.
Lo cierto es que este tipo de leyes afectan cada vez más al
no incremento de la población por cuanto cada vez son muchos
los que pasan de casarse y de tener hijos.
Cuando las cifras empiecen a ser preocupantes, el Gobierno
abrirá la mano, permitiendo la entrada de más inmigrantes
jodedores, en todos los sentidos, o incentivando la
reconciliación familiar.
Es rara la postura del Gobierno al retirar la ley del aborto
después de estar criminalizando a la mujer durante año y
medio.
En fin, la vida sigue y yo también, con el espíritu un poco
soliviantado por cosas raras.
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