Yo no sé ustedes pero a mí me dan ganas de afirmar que
“somos tontos”. Y no se sientan insultados porque no es ese
el propósito que me ha llevado a escribir estas líneas, sino
tan solo dejar constancia de la cantidad de tonterías que se
pueden decir con tal de ocupar un trozo de noticia en un
periódico local, y evidentemente, comprenderán que no es
baladí pensar que hay hechos y afirmaciones que no son más
que estrategias electoralistas que hay que ir enarbolando
para arañar votos en unas elecciones municipales que se
avecinan.
Vamos a ver si comenzamos a pillar onda. Arturo Mas y sus
independentistas están atacando el cumplimiento de la
Constitución intentando celebrar un referéndum secesionista,
en contra de todo el Ordenamiento Jurídico Español; y para
saltárselo a la torera, como si eso fuese posible, han
aprobado en su Parlamento una Ley de Consultas, que
evidentemente será inconstitucional y llevada a los
Tribunales por el Gobierno de la Nación. Al menos eso es lo
que esperamos los españoles que ocurra ante el desafío
catalán. necio
Pero en Ceuta parece que “somos tontos”, que lo que ocurre
en España no va con nosotros y nos descolgamos con la gran
noticia de que el grupo Caballas quiere una CONSULTA PARA
QUE LOS CEUTÍES DECIDAN SI QUIEREN SER COMUNIDAD AUTÓNOMA.
Es para ponerse a llorar ante tanto despropósito. ¿Es que
nadie se lee la Constitución? ¿Es que este grupo ni siquiera
sabe que nuestro Pleno no tiene capacidad legislativa
ninguna? Con la que está cayendo por culpa del soberanismo
catalán, pues nada, ahora nos aparecen unos iluminados, que
a la vista de los últimos acontecimientos, (incluyendo la
salida de una de sus diputados al no encontrarse conforme
con los posicionamientos de este grupo), lo que quieren es
prensa-foto foto-prensa y perder más credibilidad de la que
ya han perdido, si les queda algo por perder.
Creo que el señor Aróstegui es bastante conocedor y viejo en
sus reivindicaciones como para andar ahora con estos temas.
Sabe perfectamente que lo que Ceuta debe hacer es pedir el
cumplimiento de la Transitoria Quinta de la Constitución
Española, y lo demás es paja. ¿Qué será lo siguiente, pedir
la Independencia?
Además, estos señores se han parado a pensar en las
consecuencias de sus peticiones y de sus actos. ¿De verdad
creen que Ceuta tiene capacidad para ser autónoma, para
asumir competencias del calibre de educación, sanidad o
hacienda? ¿Están realmente convencidos que por ser Comunidad
Autónoma dejaremos de ser una ciudad subvencionada, donde
solo hay paro, donde no se ayuda a los emprendedores, donde
el comercio está pasando por sus horas más bajas con los
inventos de un Gobierno ineficaz? Una ciudad que vive a
expensas de los demás españoles, que se encuentra a la
cabeza del endeudamiento por habitante, donde se critica
cada vez con más vehemencia la endogamia de la
Administración local. Más bien parece que cuando se acercan
las elecciones vuelven a sacar el tema como un intento de
conseguir rédito político con algo que ya huele a podrido y
del que los ceutíes estamos hartos.
Es que si nos paramos a pensar puede resultarnos hasta
gracioso. No tenemos donde caernos muertos pero solicitamos
una consulta mientras seguimos poniendo la mano pedigüeña. Y
la gracia no es solo mía. Voy a reproducir un comentario de
un ceutí hasta las narices de sandeces “¡Ceuta, comunidad
autónoma ya! Y seis provincias: Chorrillo, Monte Hacho,
Benzú, Tarajal, Puertas del Campo y Hadú”.
Después de todo, en el conjunto de España se puede aludir a
la insensatez de quienes no ven más allá de sus narices. No
se trata de seguir dividiendo sino de sumar, de seguir
separando realidades españolas bajo banderas autonómicas
sino de unir a todos.
No podemos perder de vista los verdaderos problemas de los
ceutíes. No podemos debatir constantemente en absurdas
exigencias que ya no tienen razón de ser. No podemos entrar
a jugar ese peligroso juego de referéndums y consultas que
no nos lleva más que a la disgregación y el odio entre
españoles. Debemos actuar en sentido contrario. Debemos
buscar la renovación y el fortalecimiento de la vida
democrática española con el objetivo de cohesionar la
Nación, conseguir la eficiencia del Estado, mejorar la
calidad de las instituciones, garantizar la honradez de los
responsables públicos e impulsar el crecimiento económico en
beneficio de todos los ciudadanos.
No, no es el momento de jugar y distraernos. ¡Ya no! Esos
jueguecitos eran del pasado, ahora queremos cambio y
renovación, y volviendo a los discursos pasados con hedor a
alcanfor no conseguiremos la regeneración de los sistemas
democráticos, que es lo que estamos pidiendo los españoles y
los ceutíes hace mucho tiempo.
*Miembro del Equipo de trabajo Vox-Ceuta
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