Buenos días, Ceuta.
Que a mi edad me tenga que salir la muela del juicio es como
para volverse loco ¿no?, y si encima sale empujando a la que
lleva tiempo en su sitio, con pretensiones de anular su
autonomía emulando las intenciones del ministro de Asuntos
Exteriores, Margallo, ya es el paroxismo del placer del
sádico, no del masoca.
Definitivamente veo que la Iglesia sigue empeñada en meterse
en camisa de once varas. Lo digo porque acaba de salir el
obispo de la iglesia de Solsona, Xavier Novell, con una
propuesta publicada en la Hoja Parroquial sobre la creación
de una casa de acogida para ayudar a las mujeres con
embarazo no deseado.
Por increíble que parezca, argumenta que “hay que poner en
marcha medidas concretas para mujeres que quieren seguir con
su embarazo pero que sin ayuda no se sienten preparadas”,
como si la Iglesia supiera medidas concretas de cómo tratar
los embarazos. Suplantación de profesión diría yo. No veo a
los ‘iluminados’ de Jesús asistiendo a parturientas, lo que
veo es un sistema para impedir que aborten, tal vez con el
látigo espiritual en la mano. ¿Se ocuparán de los neonatos?
Mire obispo Novell, le recomiendo que dedique todos sus
esfuerzos a evitar la expansión del islamismo y no gaste
tanta saliva incitando a la población a manifestarse
pidiendo al Gobierno que envíe a las Cortes, querrá decir al
Parlamento, el proyecto de Ley Orgánica de Protección de la
Vida del Concebido y los Derechos de la Mujer Embarazada,
vulgarmente conocida como Ley del Aborto.
En mis tiempos de la infancia y pubertad, sí de aquella
inocente y tierna infancia y pubertad, esa Iglesia me hacía
sufrir, en el momento de la confesión, con preguntas tan
crueles como cuantas pajas me hacía… preguntas que ahora me
hace meditar si no existía entonces eso que se denomina
pederastia, dado el interés sexual que ponían en el tema, y
precisamente, gracias a los curas, supe de la existencia de
revistas pornográficas.
El camino que llevaba y lleva esta Iglesia sería el de
condenar los miles de billones, con b, de media parte de
preconcebidos tirados a la taza del wáter o estampados
contra las sábanas o los calzoncillos o estrangulados con
pañuelos.
Muy interesados estáis, queridos padres de la Iglesia, en
ese túnel oscuro que tiene una trompa, que además se llama
de Falopio, que recibe las hostias, perdón pero no sé
traducir correctamente el ‘ostium tubárico’, a través de la
apertura…
Os pido, padres de la Iglesia, que dejéis de meteros en
temas que no tienen nada que ver con Jesús ni con la virgen
María, mayor atrocidad no se puede entender si afirmáis que
es virgen después de tener seis hijos, y os dediquéis a lo
que de verdad sería de interés mundial: proclamar el Reino
de Dios en los cielos y no en la Tierra porque os estáis
equiparando a los fundamentalistas del Ejército Islámico.
Estáis entendiendo lo que precisamente Jesús quería no
entendierais. Proclamar el Reino de los Cielos y no un reino
en la Tierra a través de un Estado soberano dentro de otro
Estado soberano.
Tremendamente hipócritas e interesados me parecéis cuando
aseguráis que no es justa esa Ley del Aborto, porque no
avanza en la protección de la VIDA y no propone ningún tipo
de ayuda…, pero padres de la Iglesia, si vuestra defensa de
la VIDA es nula cuando se trata de vuestros feligreses y
vuestras feligresas en los últimos momentos del reloj de sus
respectivos tiempos, porque cuando dais la Extremaunción os
preocupáis mucho de que figuréis como herederos de esas
supuestas fortunas o patrimonios. Como los bancos en
relación a las cuentas corrientes y, además, como éstos, os
ahorráis mucha pasta en impuestos.
Igual que los fundamentalistas islámicos, aunque estos
prometen el cielo con tantas huríes sin derecho a la
concepción porque el deber de portar bombas, y explotarlas,
amarradas cerca del falo lo impide.
No os metáis en política y nosotros no nos meteremos con
vuestra codicia. Ni mucho menos tratéis de darnos lecciones
sobre la sexualidad y sus consecuencias porque… vosotros no
la practicáis ¿verdad?
En fin, la vida sigue y yo también sintiéndome responsable
solidario de mis actos sexuales.
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