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Coalición Caballas sorprendió ayer
con una propuesta en la que solicita al Pleno que someta a
su consideración la realización de una consulta popular para
conocer la opinión de los ceutíes en lo relativo a sí desean
que Ceuta se convierta en comunidad autónoma y deje de ser
lo que hoy es, una ciudad autónoma.
Está claro, aunque las consultas son muy distintas, que tras
las intenciones de escoceses, estos han dicho que no a la
independencia, y catalanes, los referendos se han puesto de
moda.
Ni que decir tiene que la propuesta de los localistas es
totalmente respetable y, además, lo hacen en base a los
previsto en la Disposición Transitoria Quinta de la
Constitución, que proclama que las ciudades de Ceuta y
Melilla podrán constituirse en comunidades autónomas si así
lo deciden sus respectivos ayuntamientos, mediante acuerdo
adoptado por absoluta de sus miembros y así lo autorizan las
Cortes Generales, mediante una ley orgánica y en los
términos previstos en el artículo 144 de la Carta Magna, que
entre otras cuestiones permite en uno de sus apartado
autorizar la constitución de una comunidad autónoma cuando
su ámbito territorial no supere el de una provincia...
Los de Aróstegui y Alí, excompañeros de Fatima Hamed, dejan
claro que al amparo del artículo 71 de la Ley de Bases de
Régimen Local se contempla la posibilidad de someter a
consulta popular aquellos asuntos de competencia municipal y
de importancia para la población.
A pesar de que pudiese ser una vieja aspiración, la pregunta
que ahora cualquiera se puede hacer es la de si es ahora el
momento para poner encima de la mesa esta propuesta. ¿No
sería más provechoso debatir sobre otras asignaturas
pendientes?
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OPINIÓN / EDITORIAL
