Yo era mucho más joven que lo soy
hoy, muchos de los que lean hoy mi columna no habrían nacido
y otros serían tan pequeñitos que no recordarán el paso del
régimen del general Franco a la democracia, pero lo que sí
recuerdo yo es que, siendo ya, como lo era, profesor en
tierras pacenses, concretamente en Jerez de los Caballeros,
había por aquel entonces quienes resabiados con lo anterior,
a las primeras de cambio te decían: “que ya tenemos
democracia”. Y era verdad, pero el término democracia no
debe impedir decir la verdad, no debe impedir castigar a
quienes no acatan las leyes y no debe impedir la libertad,
en cualquier parcela, pero sin romper la propia libertad de
los otros.
Y digo todo esto, porque me sorprende, aunque viniendo de
quienes viene poco debe de sorprender nada, que desde el
grupo Caballas se ataque al delegado del Gobierno y se le
acuse de meterse en la independencia del poder judicial.
Una vez más lo tengo que decir:” en Caballas, desde hace
tiempo, se ha perdido el norte”, y casi podríamos decir que
están tan desorientados que confunden lo legal con lo
legítimo, la realidad con la ficción y el cumplir con el
deber frente al capricho bobalicón.
Las manifestaciones de Francisco Antonio González Pérez
distan mucho de lo que los “desnortados” de Caballas
consideran que es “lanzar advertencias, soflamas y amenazas
veladas”. Y digo esto porque el hecho real de una frontera o
de una valla fronteriza es algo que tenemos ahí, poco lejos
de donde estoy escribiendo y el defender esas frontera y
vallas fronterizas corresponde a las fuerzas de seguridad en
colaboración con el delegado del Gobierno.
Ayer escribía algo en este sentido y hoy lo tengo que
remachar, porque tanto a Caballas como a mí, a mí al menos,
me gusta saber donde vivo, me gusta vivir en seguridad y
creo que desguarnecer las fronteras o las vallas fronterizas
sería dejar el terreno libre a ciertas mafias que vienen
traficando con personas, cosa que debe saber Caballas y sabe
medio mundo.
Ni puede, ni lo hará nunca Paco Antonio González, atacar la
independencia judicial, porque son dos terrenos
completamente diferentes, cada uno en su parcela, pero no
alejados el uno del otro, sino muy cercanos y cada uno de
ellos con algo que llevar a cabo y que redunde en el
beneficio de la sociedad.
En Caballas hay gente, al menos en teoría, preparada
intelectualmente, por lo que me extraña que se haya podido
decir desde ahí que el delegado del Gobierno de Ceuta:”
presenta un ataque frontal a la independencia del poder
judicial”.
Una más de este grupo que quiere dejarse ver en los “fuegos
artificiales”, pero que no son capaces de afrontar los temas
candentes de verdad. Ni lo comprendo, ni lo puedo aprobar.
Y lo que sí apruebo es que se valore y revalore, de verdad,
el trabajo que lleva a cabo la Guardia Civil o la Policía
Nacional, cuando se la están jugando en una serie de
acciones, en las que corren peligro por lo delicado del
asunto.
Yo no sé si el jefe de la Guardia Civil de Melilla se ha
equivocado, pero lo que sí está claro para todos es que
tanto él, como los guardias civiles que estuvieron a sus
órdenes corren y han corrido peligro, en más de una ocasión
y eso merece, cuando menos, tener en cuenta, favorablemente,
sus intervenciones.
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