El conocido tiro de pichón puede que tenga los días
contados.
Un golpe más al ocio, a una actividad deportiva con
presencia, nada más y nada menos, que en los Juegos
olímpicos. Un golpe más a una actividad que genera riqueza y
crea empleo. Un golpe más de la misma manera, un “esto es lo
que hay” sin buscar alternativas con la más absoluta de las
indiferencias, así, como quien cierra una carpeta, se
perderá el tiro al plato en todas sus modalidades en nuestra
ciudad.
La que fuese todo un referente con magníficos deportistas,
visitada por tiradores de la otra orilla y del país vecino
aportando riqueza, puede quedar en un triste pasado. Los
todavía actuales, responsables de este deporte en nuestra
ciudad asisten perplejos e impotentes al último capítulo de
este deporte, de esta actividad económica. Hace unos días
decía uno de estos deportistas: “bueno tendremos que ir a
Marruecos a practicar”.
Sí triste es que un deportista de Ceuta tenga que ir a
Marruecos a practicar este deporte, aún más lamentable, si
cabe, es que tengamos a unos responsables políticos tan
indolentes, tan despreocupados y tan acomodados como los que
nos representan. Los mismos que votamos en las últimas
elecciones. Todo puede acabar pronto; aunque no debería ser
sin ruido, sin poner a cada uno en su sitio.
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