En menos de una semana se ha
muerto el hombre de la marca España, Don Emilio Botín
presidente del Grupo Banco Santander y el Presidente de El
Corte Inglés, Don Isidoro Alvarez uno de los motores de la
promoción comercial de toda la historia del país.
Estos grandes dirigentes a la sazón irrepetibles , se
dejaron media vida sentados en sus despachos y como bien
decía el Señor Botín, lo único que no perdonaba era estar a
la hora de cenar con su mujer y su familia, aunque se
comiera una lata de sardinas en el despacho, a la hora del
mediodia.
Son y serán irrepetibles porque eran unos exponentes de una
época donde el trabajar desde una edad muy temprana y
pegarse la tira de horas pendientes del negocio y la
gestión, hacen que hoy día no se les pase ni por la cabeza a
ningún heredero , llegar a los mismos zapatos de los que
levantaron a golpe de esfuerzo y sudor , tan semejantes
imperios.
En las empresas están hoy de moda montar unos despachos,
oficinas y recibidores con aires vanguardistas y de lo más
in , pero si son todos directores ... y no hay un mando
intermedio o aquello está montado al estilo indio o familiar
no será más que la proyección de la CUTRILANDIA.
Los trabajos en equipo, la gestión, los cargos, mandos, la
eficacia y siempre bajo el patrón que desde su despacho, con
su puerta cerrada, abierta o a medias, sea el espejo donde
mirarse todos los empleados.
He visto sobre todo en los dias de Ferias, bodorríos ,
desmadres y findes, donde era un espectáculo desolador, ver
las cuatro mesas de los directores y herederos, con los
ordenadores apagados, las mesas vacías y sin ocupar , y la
gente bostezando sin ton ni son, porque igual se decían , si
estos no curran... que vamos a hacer nosotros.
De móviles flotando en la piscina, en los cebollones de las
bodas , de los productos a “estrenar “ por ellos mismos y
devolverlos arañados, magreados y sin los cargadores, cables
y accesorios, y no digamos el pincho de los “llevados “
aquello era más gordo que la roca de Gibraltar.
Antes no había tantos cursos, ponencias, jornadas , ni
conferencias pero todos decían que fulano tenía el
Bachiller... y que aprendía de Don Fulano que aquello era un
libro abierto y sabía del mundo y la vida.
Hoy día sigo viendo unas vacaciones o escaqueos del carajo,
unos despachos cerrados a cal y canto, y no digamos los
móviles que están muertos o han perdido el cerebro y siguen
sin enterarse de nada.
EL BARCO HUNDIDO, era una frase lapidaria de mi padre,
aprovecha el hierro, el trozo del ancla, el mástil o la
ventanilla de popa, porque un barco hundido lo que sea se
podrá aprovechar.
LAS CRISIS, las ruinas y liquidaciones por cierre, son los
exponentes máximos a veces de a la muerte del Patriarca,
llega el principio del FIN.
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