Es lo que parece que comienzan a
programar determinados grupos políticos cuando se van
acercando unas elecciones, sean del tipo que sean.
Yo llevaba un par de semanas desconectado de la marcha
política de Ceuta, por eso del final de las vacaciones y lo
primero que he visto, en la prensa, nada más llegar a
nuestra ciudad es eso de una posible negociación entre
Caballas y Podemos, para ir juntos a las próximas
elecciones.
Otra “patada a la luna” por parte de Aróstegui, con lo que
de ser cierto eso habría dado un golpe por la espalda a
Caballas que perdería la poca credibilidad que últimamente
viene teniendo, y abriría un poco más las puertas a otros
que aspiran a lograr algún escaño en el Ayuntamiento, a
finales de mayo.
Y es que este matrimonio de conveniencia, que intenta buscar
los votos de descontentos, lo que va a traer es lo contrario
a lo que busca y muy especialmente si Fatima Hamed forma un
grupo para ir a las elecciones, grupo que atraería muchos de
los votos que hace cuatro años se habían ido a Caballas, a
pesar de Aróstegui, y que ahora volverían a su justo sitio,
al lugar en el que estuvieron, desde que hace ya bastantes
años saltó a la política Mohamed Alí.
Particularmente, me agradaría mucho que Fatima Hamed formara
grupo para presentarse en unas elecciones, y es que la
diputada sabe muy bien el terreno que pisa, no se somete a
los caprichos de nadie y prefiere marchar sola, pero
sabiendo a donde va, antes de decir sí a todo, especialmente
cuando se trazan unos caminos tortuosos.
Muchos parece ser que van a ser los que concurran a las
elecciones y esto puede ir mermando el terreno de las
mayorías absolutas. Es necesario esto, al haber llegado a
donde hemos llegado.
Hace 20 o 25 años la política municipal de Ceuta iba dando
bandazos, se pasaba de un grupo a otro diferente en cada
elección que había y la inestabilidad fue la nota
predominante en los años 80 y 90.
Con otro bandazo, uno más, el de los aventureros del GIL, se
llegó a algo estable, porque fueron las incongruencias del
GIL las que llevaron, de rebote, a Juan Vivas a la alcaldía,
como primer espada, y con él se asentó la política municipal
de Ceuta. Varias legislaturas de gobiernos estables, que han
durado las legislaturas completas, con continuas y
constantes mayorías absolutas, ha sido y es la tónica de lo
que hay hoy, pero eso que era necesario y conveniente en un
par de legislaturas comienza a ser demasiado pesado, por lo
que hace falta que se pueda llegar a una política de pactos,
eso sí, que sean pactos bien avenidos, que no toleren todo y
que abran puertas a otras formas de pensar.
Intencionadamente, he citado más arriba a varios grupos,
pero no me he olvidado del PSOE que tiene que estar ahí y
que lo más deseable sería que estuviera en el Ayuntamiento
como el grupo más fuerte de la oposición.
En cuanto a Ciudadanos creo que están en un buen camino,
particularmente tengo una gran confianza en ellos, porque es
el grupo que se tiene que dejar ver y que tendrá que estar
ahí mostrando lo mucho que llevan en sus estructuras.
Por últimos, en cuanto a UPyD ya veremos si van solos, si se
acercan a alguien o si prefieren, únicamente, tener como
punto de referencia a Rosa Díez y a ella sola, o si por el
contrario les ha llegado el momento de unirse a otros para
ser más que un simple grupo que no logró ser bisagra, en
ningún terreno.
De aquí hasta el último domingo de mayo hay mucho que decir,
pero el invierno y el otoño pueden madurar más de una idea.
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