Han sido muchas las críticas que
desde el anuncio realizado por el portavoz del Gobierno, a
la vez consejero de Hacienda, Economía y Recursos Humanos,
Emilio Carreira, sobre un incremento de hasta un diez por
ciento en el contrato del servicio de limpieza viaria se han
suscitado. Han existido comentarios, pareceres y
pronunciamientos para todos los gustos. Pero lo real es que
tanto la Administración como los técnicos de la dirección
facultativa se apercibieron de que, efectivamente, las
quejas ciudadanas estaban plagadas de razones y había que
hacer algo al respecto por mejorar la situación de la
limpieza en la ciudad. Y había que hacerlo con urgencia, ya
que no se trata de un asunto baladí.
En este asunto, lejos de los dimes y diretes y otras
batallitas dialécticas políticas con respecto al porcentaje
que se aplica o se deja de aplicar, lo importante es la
solución y ésta ya está encima de la mesa.
Tanto la parte social como la empresarial, esto es,
trabajadores y patronal, dieron ayer un buen ejemplo de
seriedad y de compromiso con la sociedad. El acuerdo
alcanzado para el incremento de servicios, en unos momentos
en los que la crisis todavía da coletazos y en los que la
empresa ha tenido que hacer esfuerzos notable en lo que al
monto económico del contrato se refiere, es de agradecer,
máxime cuando ambas partes han tenido que caminar, como
habitualmente se dice, por el filo de la navaja, puesto que
el margen de maniobra era y es inexistente. Pese a ello, la
noticia es que una empresa local, con menos personal y
montante económico que su antecesora, ha sido capaz, por un
lado, de adaptarse a los malos momentos, y por otro, en tan
sólo un año y veinte meses trasladar paz y tranquilidad a
casi ochenta familias de trabajadores ceutíes que llevaban
años esperando esta oportunidad.
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