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sociedad - JUEVES, 18 DE SEPTIEMBRE DE 2014


Fatima, hermana de Harafa. reduan.

solidaridad
 

Inválido, apátrida y sin ninguna ayuda para salir adelante

Harafa, a pesar de haber nacido en España y ser hijo de padres españoles, no tiene la nacionalidad ni derecho a una pensión por su discapacidad del 80%
 

CEUTA
V.S.C.

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Apátrida, inválido y sin ningún tipo de ayuda con la que poder comer o comprar los medicamentos que está obligado a tomar. Así se encuentra Harafa. A sus 45 años, nunca ha tenido la nacionalidad española, pero tampoco la marroquí ni la de ningún otro país. El, que vive en el Príncipe, nació en España, consta en su partida de nacimiento y así lo cuenta su hermana, Fatima, que se encarga de cuidarle y velar por el. Sin embargo, no le dieron la nacionalidad, a pesar de que sus padres, de origen marroquí, sí la habían obtenido y sus hermanos también. Desde entonces, este hombre ha tenido que ir renovando documentos en los que se refleja que nació en Ceuta, pero en los que se le tiene por extranjero.

Hace dos años, Harafa sufrió un accidente que lo dejó en una silla de ruedas. Se cayó desde el muro donde se encontraba la antigua gasolinera del Tarajal y se partió la espina dorsal. Incluso lo evacuaron a Cádiz, donde estuvo 60 días ingresado en el hospital. Momento en el que se le dio de baja en el padrón, según puntualiza su hermana. Por eso, ahora sólo consta que lleva residiendo en Ceuta dos años y debe acreditar, al menos, que lleva residiendo cinco para poder tener acceso a una pensión no contributiva, ya que tiene una invalidez del 80%. “Y lleva en la ciudad toda su vida...”, lamenta su hermana. Para demostrarlo cuenta con mucha documentación, pero señala que nadie le ha querido prestar atención. Entre ella consta como desde 2002 su hermano tiene asignado un médico de cabecera en el sistema de salud que, a día de hoy, le sigue atendiendo. Además, en su tarjeta de residencia se especifica que nació en Ceuta, aunque se le tiene como extranjero.

Sin embargo, Fatima se ha encontrado con todas las puertas cerradas y sin ingresos con los que ayudar a su hermano. Los dos, junto a la hija de Fatima y su marido, viven en casa de otra hermana. Pero esta, acuciada por las deudas, ha puesto la vivienda a la venta y en diciembre, si nada cambia, tendrán que irse. La única alternativa que tienen es una vivienda infrahumana que se encuentra al lado de donde están ahora. Se trata de dos estancias, una pequeña cocina y un plato de ducha, que sirve como orinal, comidos por la humedad, sin techo y sin electricidad. El lugar no tiene ni colchones ni muebles para poder vivir y tras cinco minutos allí, uno tiene que salir a la calle para poder respirar, porque la humedad es insoportable. “Han venido a ver esta casa desde Servicios Sociales, pero no me dan ninguna solución”, lamenta Fatima, que se muestra desesperada. “Aquí no puedo traer a mi hermano, no tiene condiciones para vivir”, alerta para pedir ayuda.

Sin embargo, no cuentan con ingresos económicos para buscar un lugar mejor. Fatima sólo recibe 50 euros de Cruz Blanca y ni ella ni su marido tienen trabajo. Por eso piden que desde Servicios Sociales atiendan la situación de su hermano, que ni siquiera puede salir de casa, ya que el lugar en el que viven da a una vaguada y las únicas salidas son una cuesta de tierra empinada y llena de baches, o una escalera hacia la parte alta de la barriada. Mientras, desde ese rincón, ven como pasa el tiempo sin que llegue una ayuda que les permita vivir dignamente, como siempre han hecho, en su ciudad.
 


La familia se verá en la calle en diciembre

La familia de Harafa, que se encarga de cuidarlo ya que su invalidez es del 80% y a esta se le une una esquizofrenia, estará en la calle en diciembre. La casa en la que viven en el Príncipe, propiedad de una hermana, ha sido vendida y en diciembre tienen que salir de ella. La única opción que tienen es una casa inhabitable, sin techo, ni luz, comida por la humedad en la que no se puede tener a un enfermo como es el caso de este hombre.
 


El requisito, acreditar cinco años en Ceuta

Según explicaba ayer a EL PUEBLO la hermana de Harafa, Fatima, desde el Imserso le piden que acredite que su hermano ha vivido en la ciudad durante los últimos cinco años para poder darle una pensión no contributiva por su invalidez. Sin embargo, en Estadística sólo consta que lleva dos años empadronado en el mismo lugar, a pesar de que su hermana reitera que siempre ha vivido en la ciudad, donde nació.
 

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