Apátrida, inválido y sin ningún tipo de ayuda con la que
poder comer o comprar los medicamentos que está obligado a
tomar. Así se encuentra Harafa. A sus 45 años, nunca ha
tenido la nacionalidad española, pero tampoco la marroquí ni
la de ningún otro país. El, que vive en el Príncipe, nació
en España, consta en su partida de nacimiento y así lo
cuenta su hermana, Fatima, que se encarga de cuidarle y
velar por el. Sin embargo, no le dieron la nacionalidad, a
pesar de que sus padres, de origen marroquí, sí la habían
obtenido y sus hermanos también. Desde entonces, este hombre
ha tenido que ir renovando documentos en los que se refleja
que nació en Ceuta, pero en los que se le tiene por
extranjero.
Hace dos años, Harafa sufrió un accidente que lo dejó en una
silla de ruedas. Se cayó desde el muro donde se encontraba
la antigua gasolinera del Tarajal y se partió la espina
dorsal. Incluso lo evacuaron a Cádiz, donde estuvo 60 días
ingresado en el hospital. Momento en el que se le dio de
baja en el padrón, según puntualiza su hermana. Por eso,
ahora sólo consta que lleva residiendo en Ceuta dos años y
debe acreditar, al menos, que lleva residiendo cinco para
poder tener acceso a una pensión no contributiva, ya que
tiene una invalidez del 80%. “Y lleva en la ciudad toda su
vida...”, lamenta su hermana. Para demostrarlo cuenta con
mucha documentación, pero señala que nadie le ha querido
prestar atención. Entre ella consta como desde 2002 su
hermano tiene asignado un médico de cabecera en el sistema
de salud que, a día de hoy, le sigue atendiendo. Además, en
su tarjeta de residencia se especifica que nació en Ceuta,
aunque se le tiene como extranjero.
Sin embargo, Fatima se ha encontrado con todas las puertas
cerradas y sin ingresos con los que ayudar a su hermano. Los
dos, junto a la hija de Fatima y su marido, viven en casa de
otra hermana. Pero esta, acuciada por las deudas, ha puesto
la vivienda a la venta y en diciembre, si nada cambia,
tendrán que irse. La única alternativa que tienen es una
vivienda infrahumana que se encuentra al lado de donde están
ahora. Se trata de dos estancias, una pequeña cocina y un
plato de ducha, que sirve como orinal, comidos por la
humedad, sin techo y sin electricidad. El lugar no tiene ni
colchones ni muebles para poder vivir y tras cinco minutos
allí, uno tiene que salir a la calle para poder respirar,
porque la humedad es insoportable. “Han venido a ver esta
casa desde Servicios Sociales, pero no me dan ninguna
solución”, lamenta Fatima, que se muestra desesperada. “Aquí
no puedo traer a mi hermano, no tiene condiciones para
vivir”, alerta para pedir ayuda.
Sin embargo, no cuentan con ingresos económicos para buscar
un lugar mejor. Fatima sólo recibe 50 euros de Cruz Blanca y
ni ella ni su marido tienen trabajo. Por eso piden que desde
Servicios Sociales atiendan la situación de su hermano, que
ni siquiera puede salir de casa, ya que el lugar en el que
viven da a una vaguada y las únicas salidas son una cuesta
de tierra empinada y llena de baches, o una escalera hacia
la parte alta de la barriada. Mientras, desde ese rincón,
ven como pasa el tiempo sin que llegue una ayuda que les
permita vivir dignamente, como siempre han hecho, en su
ciudad.
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La familia se verá en la calle en diciembre
La familia de Harafa, que se
encarga de cuidarlo ya que su invalidez es del 80% y a esta
se le une una esquizofrenia, estará en la calle en
diciembre. La casa en la que viven en el Príncipe, propiedad
de una hermana, ha sido vendida y en diciembre tienen que
salir de ella. La única opción que tienen es una casa
inhabitable, sin techo, ni luz, comida por la humedad en la
que no se puede tener a un enfermo como es el caso de este
hombre.
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El requisito, acreditar cinco años en Ceuta
Según explicaba ayer a EL PUEBLO
la hermana de Harafa, Fatima, desde el Imserso le piden que
acredite que su hermano ha vivido en la ciudad durante los
últimos cinco años para poder darle una pensión no
contributiva por su invalidez. Sin embargo, en Estadística
sólo consta que lleva dos años empadronado en el mismo
lugar, a pesar de que su hermana reitera que siempre ha
vivido en la ciudad, donde nació.
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