El Mercado Medieval ya se ha hecho un hueco en la agenda
cultural ceutí y se ha convertido en una cita ineludible
para los caballas que, cada año, participan en actividades y
compran artículos de artesanía, además de embutidos, dulces,
o jabones entre otros productos. Además, disfrutan de
gastronomía que les transporta siglos atrás. Este es el caso
de la Taberna la Taifa. Sus responsables, de Linares, han
venido este año por primera vez y entre la oferta
gastronómica que presentan hay todo tipo de carnes a la
brasa, pescado o grandes tostas de pan casero con jamón y
pimientos. Ante su espetón con medio ternero haciéndose
sobre las brasas muchos fueron los que ayer por la noche se
paraban.
Mientras, por los rincones se pueden ver a los artesanos de
bisutería modelando collares, pulseras o pendientes. En el
ecuador de las Murallas Reales, los artesanos en lugar de
modelar joyas, trabajan la piedra o el metal. Allí se
encuentran algunas de las novedades de este año, como el
puesto de Mármoles de Almería o la forja, donde se le da
forma armas del medievo como las espadas.
La música es el acompañante inseparable de este escenario en
el que todo evoca una época en la que la guerra marcaba los
tiempos y alimentarse era el único reto. Ese es el espíritu
que trasladan los animadores que tocan su música y ofrecen
espectáculos a grandes y pequeños, sobre todo, al caer la
noche. Y es que, al amparo de la luna, es cuando este
Mercado Medieval se hace más mágico. Las Murallas Reales se
llenan de vida y su habitual silencio deja paso al trasiego,
las voces, los olores intensos de embutidos, especias,
jabones, aromas de ambientadores y dulces. Todo enmarcado
por el fuego o las aves que sobrevuelan el cielo en las
actividades de cetrería.
Magia y columpios
El responsable de los espectáculos con aves asegura que el
público ceutí es uno de los más involucrados que se ha
encontrado a lo largo de su recorrido por otros puntos de
España. “Ya quisieran otros contar con gente tan
maravilloso”, explicaba ayer a EL PUEBLO. Sus aves son uno
de los mayores atractivos de esta feria. Además, los niños
también disfrutaron ayer de la magia y los columpios
instalados en las Murallas Reales para ellos.
Los puestos de embutidos, quesos o conservas completan la
oferta de este Mercado Medieval que, un año más, está
logrando concentrar a cientos de ceutíes. No obstante, las
ventas no están siendo todo lo buenas que se esperaban, y
así lo trasladaban ayer los responsables de los puestos que,
por otro lado, confiaban en remontar durante el último tramo
de este mercado.
Hoy es el último día en el que los ceutíes podrán hacerse
con los productos artesanos que se ofrecen en los casi 90
puestos de venta que se han instalado. Además, las
actividades para los más pequeños continúan en horario de
tarde, hasta que por la noche se clausura esta edición del
Mercado Medieval que ya se ha afianzado dentro del panorama
cultural de la ciudad. Y es que, la artesanía y el
espectáculo que ofrece se ha demostrado una fórmula
infalible para atraer a grandes y pequeños hasta las
Murallas Reales.
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