El presidente de la Comisión Europea ha entregado la nueva
cartera de inmigración al ministro de Defensa griego,
Dimitris Avramopoulos, uno de los hombres fuertes del jefe
del Ejecutivo, Andonis Samarás.
El partido del nuevo comisario de inmigración, Nueva
Democracia, impulsa desde agosto del año pasado la detención
de inmigrantes en situación irregular de las calles griegas.
Desde entonces, el Gobierno ha arrestado a unos 78.000
inmigrantes. Además, el primer ministro ha propuesto una
modificación de la ley de ciudadanía para limitar los
derechos de la segunda generación de inmigrantes y ha
apoyado la idea de que sólo las personas nacidas en Grecia
puedan acceder a las academias militares y de la policía,
planteado por el partido neonazi amanecer dorado.
El conservador Juncker se comprometió durante su primer
discurso ante el Parlamento Europeo el 15 de julio, día en
el que recibió el respaldo mayoritario de la Eurocámara, a
crear un cargo dentro de la CE dedicado en exclusividad a la
migración, uno de los asuntos que marcaron la campaña
electoral.
La creación del cargo busca “priorizar la nueva política de
migración que abordará de manera firme la inmigración
irregular, mientras que al mismo tiempo hará de Europa un
destino atractivo para los mejores talentos”, indicó hoy la
Comisión.
La tragedia de Lampedusa (Italia), el naufragio en el que
murieron más de 366 personas en octubre de 2013, y la
constante llegada de inmigrantes indocumentados a las costas
del sur de la Unión Europea (UE) ha llevado a los países
mediterráneos a aumentar la presión sobre Bruselas y el
resto de sus socios comunitarios para lograr más apoyo.
España aumentó su presión a la Comisión Europea para crear
este organismo el pasado mes de febrero, cuando la tragedia
de El Tarajal, en la que murieron 15 subsaharianos, traspasó
fronteras y se conoció en la Unión Europea.
En aquellas fechas, el Ejecutivo volvió a insistir en dos
ideas: la solicitud de una mayor inversión europea para
mejorar las infraestructuras aduaneras en los países del
sur, y en la necesidad de crear, tras las elecciones al
Parlamento de Estrasburgo, una Comisaría de Inmigración para
gestionar las políticas comunitarias sobre este asunto.
A la propuesta de España, explican desde el Gobierno, se
sumó rápidamente Italia, otro de los países más afectados
por la crisis migratoria procedente del continente africano.
La labor de ‘lobby’ de ambos países fue “constante” durante
el último semestre, lo que provocó que, antes de las
elecciones europeas, “hubiera ya un compromiso no escrito”.
Una vez superados los comicios, fue el vicepresidente del
Grupo Popular Europeo, Esteban González Pons, el que “cerró
todos los detalles” para la creación de esta Comisaría de
Inmigración.
El propio Jean-Claude Juncker, elegido presidente de la
nueva Comisión Europea, dio el visto bueno a la formación de
esa cartera, y ha sido uno de los grandes valedores del
proyecto.
Las fuentes consultadas entonces expicaron que el Gobierno
italiano de Renzi quiería que, al frente de esa nueva
Comisaría, estuviese la candidata propuesta para ocupar un
cargo en la Comisión: la socialista Federica Mogherini.
Sin embargo, dentro del Parlamento Europeo no se veía con
buenos ojos la opción de la transalpina, ya que recordó a la
comisaria de Interior Cecilia Malmström, también socialista,
que fue muy crítica con la política migratoria de algunos
países. España, de hecho, fue objeto de sus críticas, cuando
acusó a la Guardia Civil de haber provocado “miedo” en los
15 subsaharianos ahogados en El Tarajal.
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