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Ni en las películas de los
hermanos Marx se hubiera encontrado un final tan
rocambolesco como el conocido ayer con la línea aérea que
unía, y digo bien, unía Ceuta con la península. Después de
escuchar por activa y por pasiva desde todas las
administraciones que se estaba trabajando para recuperar el
servicio de helicóptero para Ceuta y que pronto estaría en
funcionamiento; cuando por otro lado Ceutahelicopters
aseguraba que estaba tan sólo a la espera de unos permisos
para retomar el servicio; después de que esos permisos ya
hayan llegado y cuando AENA va y destaca que otorga la
certificación de aeródromo al helipuerto de Ceuta por
cumplir la normativa recomendada por la Organización de
Aviación Civil Internacional, Ceutahelicopters despide a
todos sus trabajadores en Ceuta y se “va volando”, sin mirar
atras ni dar más explicaciones, para dejar una vez más a los
ceutíes tirados en tierra. Quizás, cansada de la lentitud o
dejadez de las autoridades competentes a la hora de tramitar
los permisos necesarios para poder efectuar los vuelos como
solicitaba o quizás porque, tras hacer números, se ha dado
cuenta que las pérdidas ocasionadas por estos retrasos no
las salvaría ya por muchos vuelos que fuera a realizar, ha
podido llevar a Ceutahelicopters a tomar una decisión con la
que los más perjudicados vuelven a ser los ciudadanos
afincados en Ceuta. Además, la decisión de privatizar el
helipuerto de Algeciras también ha podido ser un detonante
más para que Ceutahelicopters haya decidido olvidarse de
esta línea, por lo que nuevamente los ceutíes tendremos que
estar muy agradecidos a todas las magníficas gestiones que
se siguen realizando desde el Estado en favor de las líneas
de comunicación, tanto aéreas como marítimas, para que los
ceutíes puedan desplazarse hasta la península.
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OPINIÓN / EDITORIAL
