La reforma descrita de forma vaga en el programa electoral
del Partido Popular, ni siquiera ha sido detallada ya que
los populares se han negado a hacerlo. Existe confusión
porque se habla de dos cosas al tiempo y se están mezclando
términos. En algunos landers alemanes hay una papeleta para
el alcalde y otra para los concejales. Eso es elección
directa. En Grecia y Francia gobierna el partido con más
votos, es decir, la lista más votada. Parece ser que el
Partido Popular quiere esto último.
De seguir adelante, el Partido Popular implantará en España
una reforma que va a contracorriente de lo que sucede en el
resto de Europa. Italia, Francia y Reino Unido son las
únicas naciones que eligen a sus alcaldes mediante el
sistema mayoritario.
Según la recopilación realizada por Infolibre, el 90% de las
78 ciudades del país con más de 100.000 habitantes ya tienen
como alcalde al candidato de la lista más votada. Tomando
los datos de las elecciones municipales de 2011 y suponiendo
que la nueva ley otorgue la victoria al partido que alcance
el 40% de los votos emitidos, el Partido Popular se
garantizaría la victoria en 49 de ellas, donde ya gobierna
con mayoría absoluta. Además, la lograría en Zaragoza,
Toledo o Vigo, donde manda el Partido Socialista Obrero
Español, librándose de gobernar en minoría en Alcalá de
Henares, Leganés, Getafe, Lugo o Segovia. Y conservaría
Madrid y Valencia, dos feudos fundamentales que, según las
encuestas, perdería con toda seguridad ante una coalición de
izquierdas.
La clave, de hecho, no está en cómo elegimos, porque cada
sistema tiene pros y contras. La clave está en la absoluta
falta de control que tenemos los ciudadanos sobre los
políticos durante el tiempo de su mandato. Y esos mecanismos
no están sobre la mesa. Perfectamente. La mayoría absoluta
del Partido Popular le permite modificar a voluntad la Ley
Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y la Ley de
Bases de Régimen Local (que regula los ayuntamientos). No
plantea problemas de constitucionalidad; otra cosa es la
fórmula elegida y el momento. El Partido Popular ha
insistido en que no es el momento de reformar la
Constitución para legislar sobre la Corona o sobre el modelo
de Estado porque “no hay consenso”. En cambio, el Partido
Popular ha filtrado su intención de cambiar la ley electoral
en solitario pase lo que pase. Es impresentable a meses de
unas elecciones, pero legal. Hacerlo en este momento y por
las bravas puede ser peligroso para la legitimidad de un
sistema que ya se cuestiona y que ya está tocado.
Al Partido Popular le puede salir el tiro por la culata. Si
se favorecen las mayorías, los partidos de izquierda pueden
crear grandes coaliciones preelectorales. Además, hay que
tener en cuenta que los votantes también se adaptan al
sistema y pueden comportarse de manera diferente al saber
que han cambiado las reglas del juego.
Esto es lo que puede suceder en nuestra ciudad, ya que los
ciudadanos ya estamos hartos de tantos saludos y sonrisas
complacientes, ya que cada día vemos como vivimos en una
ciudad sin futuro, en una ciudad donde el dinero publico es
despilfarrado en proyectos inútiles, donde se aumentan las
partidas presupuestadas y adjudicadas para pagar lo que ya
esta estipulado por contrato.
Esta ciudad no se puede permitir que con la reforma de la
Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y la Ley
de Bases de Régimen Local (que regula los ayuntamientos),
gobierne cuatro años más el mismo Presidente de la Ciudad
Autónoma de Ceuta. Esta Ley hace que la voluntad del pueblo
sea modificada y retorcida, ya que intentan beneficiar a
políticos caducos y sin ideas, para que se sigan perpetuando
más tiempo en el sillon que deberían haber abandonado hace
ya mucho tiempo. La idea de una jubilación desde el poder
que da la presidencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta, hace
pasar de ser un político activo y buscador de soluciones, a
convertirse en lo que hoy tenemos, y si no lo evitamos lo
seguemos teniendo cuatro años más, un presidente que pasa de
los problemas de Ceuta, donde solo busca el discurso fácil y
la foto populista, pero gobierna una ciudad con muchos
problemas y sin dar una sola solución.
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