Se suele decir que el tiempo pone
las cosas en su lugar y eso es lo que parece que ha ocurrido
con el contrato del Servicio de Limpieza Viaria adjudicado a
Trace. Ya en su día, y pese a que el Gobierno, por la
situación económica que atravesaba la ciudad, decidía
rebajar el contrato, este fue adjudicado a la empresa Trace
con una más que clara baja temeraria que hacía prever que
sería altamente complicado que el servicio se pudiera
realizar tal y como se venía efectuando hasta la fecha con
un recorte tan importante. Finalmente, esta situación no fue
impedimento para que Trace se hiciera con el contrato,
contando con el beneplácito del Ejecutivo de Vivas. Hoy,
después del notable descenso en la calidad del servicio,
resaltado, no sólo por los partidos de la oposición,
sindicatos y otras entidades, sino especialmente por los
vecinos, ha provocado que la Ciudad haya decidido inyectar
al contrato un diez por ciento más con el fin de que la
empresa pueda desempeñar con garantías y con calidad todos y
cada uno de los servicios recogidos en el contrato. Trace ha
intentado cumplir con dicho contrato pero los propios
operarios de la citada empresa han venido denunciando por
activa y por pasiva que esta situación era insostenible e
inviable y que lo único que estaba produciéndose era una
merma en la calidad del servicio que estaban sufriéndolo los
ciudadanos. Ahora parece que la Ciudad se ha dado cuenta que
alargar la agonía era mantener la precariedad en un sector
donde siempre se ha hecho gala y de la que Vivas siempre ha
sacado pecho, que no es otro que la limpieza de Ceuta,
aunque esta decisión también le puede acarrear algún que
otro quebradero de cabeza ya que, los partidos de la
oposición y las centrales sindicales no tardarán mucho en
salir a la palestra y denunciar los continuos problemas que
provoca el contrato de la limpieza, volviendo a planear
sobre Ayuntamiento el caso Urbaser.
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