Si “harto” se pronuncia “jarto” y
un tío “jartible” es aquel que produce hartazgo creo que
ningún adjetivo puede calificar tan correctamente las
grimosas alocuciones de Coalición Caballas.
Casi dos años ha faltado de Ceuta esta escribidora y a mi
regreso es “más de lo mismo” en plan “historia
interminable”. Idénticas posturas “buenistas” y ahora la
beatitud elevada al cubo cuando solicitan “cambiar las
prioridades del Plan de Inversiones hasta el año 2020”.
Natural. La “oposición” que en Ceuta es meramente
testimonial y ellos, en concreto, son tres y mal avenidos,
van a conculcar el deseo de la mayoría absoluta, los
proyectos en los que ha confiado la mayoría absoluta y la
gestión que ha apoyado sólidamente y sin fisuras esa misma
mayoría absoluta. Ahora me río en plan mensaje en el móvil
“ja, ja, ja” pero no es para reírse porque resulta patético.
Y jartible.
¿Y para qué quieren estos de Caballas “cambiar las
prioridades”? Pues para que no haya “desequilibrio entre
diversas áreas geográficas” ¡Tomen ya! Ahora me acabo de
enterar de que existen en la ciudad “diversas áreas
geográficas” es decir, mar, altiplano, meseta, montaña,
cordilleras y zona insular (por el Perejil). Para mí que se
están refiriendo a áreas urbanas y no a “zonas geográficas”
porque la diversidad en geografía conlleva la multiplicidad
de elementos que constituyen criterios de disparidad, clima
húmedo en zonas costeras con fenómenos como la gota fría,
clima seco en la meseta con veranos cálidos e inviernos muy
fríos, vientos a los que la tradición bautiza con nombres
propios: la Tramontana, el Mistral, el Bierzo, el Terral…
Vamos, que lo que han querido decir los de Caballas es que
Ceuta tiene diferentes áreas urbanas, como todas las
ciudades de España y “el fuerte desequilibrio entre las
diversas áreas geográficas” no significa que por La Coruña
con ele pasen todas las borrascas del Atlántico y encima con
la termogénesis de los huevos que destroza los paseos
marítimos a fuerza de oleaje y sin embargo en Almería, a la
vera misma de la ciudad está en río Andarax del que los
autóctonos dicen “Andarax, andarás, pero no te mojarás”
porque no llevó agua ni el día del Diluvio Universal.
No, no es eso lo que quieren decir, hablando por hablar,
porque parecen cotorras y no paran sino que el significado
último de sus pontificaciones es que en determinadas áreas
urbanas hay “déficit de infraestructuras”. ¿Déficit de
infraestructuras cuando en más de la mitad de la España
rural léase Castilla-León y tiren para arriba, la nieve
corta cada año las míseras carreteras secundarias y aísla
los pueblos y los más pequeños para llegar a la parada del
autobús escolar tienen que andar por senderos llenos de
barro? ¿Déficit de infraestructuras en Ceuta? ¡Váyanse a los
poblados de chabolas que rodean Madrid y van a ver lo que es
déficit! Y salgan de una puta vez de la cómoda burbuja y
“del paro, la pobreza y las desigualdades” porque estos tres
factores en Ceuta son infinitamente más benignos que en el
resto de España. Jartibles.
Y para alucinar cuando ponen de manifiesto la “obsolescencia
del sistema productivo” como si el sistema productivo fuera
una lavadora de las que vienen con cinco años de garantía y
a los cinco años revienta porque está diseñada para durar
ese tiempo y que luego el consumidor se alargue al plan
“renove” y se compre otra firmando letras. ¿Saben los de
Caballas lo que significa “obsolescencia”? Pues es la caída
en desuso de máquinas, equipos y tecnología motivada por el
mal funcionamiento o por picardías tipo “tres años de
garantía” y luego a echar humo. Pero se aplica a la
maquinaria y no al sistema productivo que está conformado en
virtud a factores económicos, sociales, laborales y de
inversiones. Mejor que hubieran dicho que el sistema
productivo “está obsoleto” y seguirían errando porque no lo
está, la economía de mercado remonta y el IBEX no va mal,
vuelve a crecer el crédito por vivienda y la movilidad
geográfica de los trabajadores, llámense empleados por
cuenta ajena o autónomos, es mayor que nunca, un ejemplo:
este año han llegado a la provincia de Málaga a trabajar
14.000 personas y salieron de la provincia, también para
trabajar, 13.500. El empleo en España se mueve y uno de cada
cinco jóvenes que este verano participan en las campañas
agrarias es universitario que necesita los jornales como
“extra” para el siguiente curso. ¿Y se le caen los anillos?
En absoluto, viajan donde haga falta, duermen en barracones
con los compañeros y demuestran que, ganarse el pan con el
sudor de la frente es pura excelencia, es una matrícula de
honor en el curriculum del ser humano. Y aquí no hay
“obsolescencia” a no ser que los universitarios-jornaleros
se compren un ventilador por las calores y se les escacharre
a los cinco días.
Pero con sus admoniciones ya se sabe la ruta que conduce a
Caballas a tratar de rascar votos. Si Fátima Hamed se nutre
de “los más desfavorecidos” aunque no se refiere a las pymes
y pequeños autónomos que son el motor económico del país y
que están pasando más fatigas que el Santo Job, si Fátima
trata de obtener el voto de los que viven con modestia (si
quiere ver pobreza que se venga conmigo a cualquier poblado
chabolista de la Península y que le piquen en los ojos las
cucarachas volantonas que salen de las alcantarillas, como
allí les pican a los niños), Mohamed Alí y Aróstegui van por
“regeneración de zonas deprimidas e infraestructuras
sociales” con su lógica “igualdad de condiciones”, extraña
que Caballas no acuse de plagio a Pablo Iglesias por el
discurso de “Podemos” que viene a calcar la demanda de
sociedad “igualitaria” tipo chavista que ya se ha demostrado
que es una ruinosa utopía bananera con reminiscencia
castristas y capaz de empobrecer cualquier sociedad. Van, en
una palabra a prometer “asistencialismo” puro y duro, que no
evolución, riqueza y progreso. ¡Jartibles! ¿Quieren una
buena idea de infraestructura capaz de generar cientos de
puestos de trabajo de todos los niveles, de ingenieros a
técnicos y mano de obra cualificada? Solo tienen que
preguntar a los miles de españoles que pasan cada día la
frontera entre La Línea y Gibraltar, cientos de ellos para
ganar buenos sueldos trabajando en los grandes proyectos de
Fabian Picardo de “rescatar tierra al mar” para construir
urbanizaciones y buenos centros comerciales. Aunque, lo que
se comenta en el Peñón es que si tuvieran que dar la
residencia gibraltareña a todos los españoles que la piden
tendrían que expandirse y poner la frontera en Fuengirola.
¿Quieren infraestructuras? Propongan proyectos colosales
capaces de generar riqueza durante largo plazo. ¿Quieren
tejido productivo? Alárgense a ver a Amancio Ortega y le
convencen para que se traiga a Ceuta un par de las fábricas
que tiene instaladas en terceros países (mano de obra
barata) y que pague salarios dignos que bastante dinero
tiene ya. Eso es “reconstruir la estructura productiva”
frase, que en sus bocas, no pasa de ser demagogia rascavotos.
Porque el ciudadano no se nutre de ayudas, ni de subsidios,
ni de “gratis total” el ciudadano se nutre de ideas, de
proyectos factibles y de decir: “…y como no sabía que era
imposible, lo hice”. Jartibles.
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