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Agosto ya concluye y hace lo
propio el periodo vacacional de verano. Con la llegada del
final de mes, Ceuta se prepara para acoger a miles de
vehículos y personas que tienen el puerto de la ciudad como
punto de partida para emprender el regreso hacia sus lugares
de residencias en los puntos más recónditos de la geografía
europea.
La fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho empezó
ayer a transformar la fisonomía y el paisaje de las calles
y, sobre todo, de la zona portuaria ceutí.
Aunque algo incipiente aún, el grueso de vehículos y
personas llegará entre sábado y domingo, ayer la zona de
embarque, ya por la tarde noche, registraba una gran
actividad y en el gran descampado habilitado para el mismo
acogía a más de medio de centenar de vehículos para cruzar
el Estrecho.
De momento y con las cifras en la mano, el paso de vehículos
y pasajeros se ha incrementado en un treinta por ciento con
respecto al año anterior, el 2013, que había hecho lo
propio, el 2012, con un incremento de un siete por ciento.
Aunque no se note mucho, la Operación Paso del Estrecho
supone un gran entramado que mueve a muchas personas, que
perfectamente coordinadas facilitan que los miles de
vehículos y pasajeros que cruzan puedan hacerlo en perfectas
condiciones y con mínimas esperas. Una maquinaria que año
tras año se antoja más afinada y que funciona como la del
mejor reloj suizo. Pero desgraciadamente Ceuta está carente
de una infraestructura que se antoja más que necesaria
Mejoramos el puerto, mejoramos la frontera, pero también hay
que mejorar la Nacional 352, la carretera que conduce hasta
la frontera del Tarajal, ya que no se puede contar con
instalaciones acordes a este siglo y una vía de comunicación
del siglo pasado.
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OPINIÓN / EDITORIAL
