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El refranero español, que está
repleto de frases sabias, recoge una que ahora se ha puesto
de moda. Y la han puesto, como siempre, los grupos y los
dirigentes de los partidos políticos.
La unión hace la fuerza es una de las proclamas que más se
van a poder escuchar en las próximas elecciones de 2015. Y
si no al tiempo. La posibilidad que baraja el Partido
Popular de cambiar la ley electoral actual para que sea el
candidato más votado el que se haga con el sillón de la
alcaldía está teniendo ya sus primeras reacciones. Las
primeras han sido rotundas. El resto de formaciones ya han
mostrado su total desacuerdo con la medida y no están
dispuestos a respaldarla y, por lo tanto, no habrá eso que
se denomina consenso, por lo que el PP, que en la actualidad
no necesita a nadie para sacar adelante la medida, aprobará
la propuesta y los demás tendrán que acatarla.
Pero todo este asunto político, que a buen seguro generará
grandes debates y enfrentamientos políticos en próximas
fechas, también trae como consecuencia el que los partidos
políticos más pequeños, los más perjudicados, se estén
pensando que hacer para combatir la medida.
El primer debate interno entre partidos es el que se ha
generado en el seno de Unión Progreso y Democracia y en el
de Ciudadanos. La carta escrita por el parlamentario europeo
del partido magenta y publicada en el diario El Mundo
pidiendo la unión de las dos formaciones de cara la próxima
contienda electoral, las municipales de mayo de 2015, ha
puesto encima de la mesa un gran debate. Y no sólo para esas
dos formaciones, si no para otras muchas, que ahora se han
dado cuenta que se pierde una figura política a la que
algunos han sacado mucho rédito y beneficio: la figura del
partido bisagra.
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OPINIÓN / EDITORIAL
