Dicen que “no existe nada nuevo bajo el sol”. No obstante,
los subsuelos de la ciudad de Ceuta no dicen lo mismo. Esta
semana y durante la semana próxima se ha conformado un campo
de trabajo en los alrededores de la playa del Chorrillo. Es
ahí donde hay unos hornos y donde se han encontrado restos
de origen fenicio y también romano, pues han sido muchos los
asentamientos de diferentes pueblos que por la ciudad han
pasado y han dejado su huella.
En esos hornos era donde se hacían estas poblaciones la
comida. Es por ello que han encontrado, según uno de los
chicos, restos de comida. Pero, además, los yacimientos han
resultado corresponder a huesos humanos (huesos de los dedos
de los pies), jarras, vasijas y fragmentos de estas,
monedas, entre otros objetos.
En estos días, asegura Ansa al diario EL PUEBLO, han
descubierto un muro. Sin embargo, todavía “no tienen claro
que hay debajo de él”. Piensan que quizá haya un horno, una
muralla, etc.
En total se han concentrado un total de veintiocho
excavadores. De entre ellos, solo seis son nacidos en Ceuta,
mientras que el resto procede de la península. El ambiente
relacional que existe en el grupo es “muy bueno”, dice Ansa.
Se han distribuido en dos grandes grupos: uno de ellos se
dedica a excavar al tiempo que la otra mitad gasta su tiempo
en analizar lo encontrado en el laboratorio y viceversa.
Esto es, hacen distintos turnos, pues de esta manera pueden
todos conocer las diferentes zonas de trabajo de un
arqueólogo. Y es que les están “enseñando arqueología pura y
dura”.
Por otra parte, el grupo de excavación se reorganiza a su
vez en tres secciones para no coincidir, así, en el mismo
sitio. Se les ha dado las siguientes etiquetas a las
secciones: ‘A’, ‘B’ y ‘C’.
En cuanto a aquellos jóvenes que proceden de la península,
se encuentran hospedados en el hotel ‘Ulises’. La pensión
con la que cuentan es la del desayuno sumándole la comida y
la cena en el Casino Militar. Las personas de origen ceutí
solo disponen del almuerzo y de la cena, mientras que el
desayuno y el descanso lo ejecutan en sus correspondientes
hogares. Sin embargo, deja entrever Ansa que no les “han
facilitado el transporte a aquellos que viven en las zonas
apartadas de la ciudad”.
¿Por qué eligieron esta zona para la excavación? Ya se había
rastreado ese territorio durante años anteriores y se
conocía la existencia de posibles restos. Es este el segundo
año que se excava en los hornos del Chorrillo y están
consiguiendo ampliar el campo de trabajo para el próximo
año.
“Todo el día con el pico y la pala en mano; incluso en los
tiempos libres”, afirma Ansa. Y es que cuentan, además de la
arqueología, con tiempo libre para realizar otras
actividades. En estos días los arqueólogos han subido en
barcos de vela, zodias, animaciones para conocerse, etc.
Durante el pasado día 22 de agosto, la organización les
permitió la tarde de descanso. Así, algunos de los jóvenes
“se irán a la playa y otros descansarán”. Sobre las 20,00
horas de la tarde harán un viaje en ‘kayak’ y, tras esta
actividad, cenarán en la playa. Luego pasearán y “tomarán
alguna copa” en algún pub del centro de Ceuta.
Este fin de semana irá destinado, por supuesto, a la
excavación, pero, además, a llevar a cabo el evento de ‘Agua
Roca’, hoy, día 23, durante la mañana. El domingo estará
reservado para realizar una visita a Marruecos, en concreto
Chaouen.
Como se puede apreciar, es un evento que no solo aporta a la
cultura y a la historia de la humanidad con los yacimientos,
sino que también se apoya en el turismo para alcanzar ese
conocimiento cultural de la ciudad que se precisa. Para
ello, han recorrido también el monte Hacho, la Basílica, las
Murallas Reales, etc., donde les han aportado, además,
información histórica a los trabajadores del campo.
Con todo, la ciudad continúa recibiendo el aprecio de
jóvenes que se interesan por ella.
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En Ceuta existen todavía pequeños escondites por descubrir
Vasijas, jarras, huesos, monedas
antiguas, restos de comida. Estos son algunos de los objetos
descubiertos en lugares como los mencionados alrededores de
la playa del Chorrillo, zona habitual para cualquier ceutí.
Todo esto les aporta a los jóvenes arqueólogos conocimiento
cultural e histórico, pero además aprenden a cooperar y a
trabajar en equipo. En los laboratorios; en el nuevo muro
descubierto y del que pretenden desenterrar mucho más con el
fin de saber si lo que las poblaciones antiguas nos dejaron
fue una muralla, un horno o un simple muro; en el duro
trabajo del día a día bajo el caluroso sol; en estas y
muchas otras y diferentes condiciones más se conocerán en
mayor profundidad y aprenderán el valor de la solidaridad,
el respeto y la ayuda entre ellos.
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