La regularización de viviendas, sobre todo en las barriadas
del Príncipe y Recinto Sur, es uno de los retos que la
Ciudad Autónoma debe afrontar y el Gobierno espera
resolverlo con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)
que el pasado 7 de agosto se aprobó de forma inicial en un
pleno extraordinario. Aunque en esta sesión Caballas no
apoyó el proyecto del Ejecutivo, sí expuso que para ellos es
un requisito indispensable para que el PGOU no fuera “papel
mojado” que su gestación y desarrollo vaya acompañado de un
plan que permita “abordar con soluciones realistas el
desproporcionado parque de viviendas irregulares que existe
en numerosos lugares de la ciudad y, en especial, en algunas
barriadas”.
Ahora, casi dos semanas después, desde Caballas reinciden en
la necesidad de aplicar este plan de regularización y de
empezar a perfilarlo incluso antes de que se apruebe de
forma definitiva el PGOU. A través de un comunicado, desde
el partido advierten de que “de nada sirve trazar rayas
sobre planos de papel si iniciamos el camino de transformar
la realidad”. Para Caballas la regularización de las
viviendas ilegales es una condición “inexcusable” que debe
acometerse desde “un evidente sentido práctico y respetando
escrupulosamente los derechos de todos los ciudadanos”.
Caballas considera que, una vez aprobado inicialmente el
PGOU, es necesario iniciar cuanto antes la discusión,
elaboración y ejecución de esos planes que desde el partido
entienden que deberán ser específicos para cada área. Los
localistas creen que, como criterio general, que es
necesario proceder a “vender” la propiedad a las personas
que desde hace muchos años (décadas en algunos casos) la
vienen disfrutando. De esta manera, los localistas aseguran
que se agilizarían las operaciones urbanísticas, y se
generarían “nuevos flujos de renta en el sector que podrán
contribuir a mejorar la demanda y revitalizar y regenerar
los barrios”.
Ya en el pleno extraordinario del PGOU el diputado de
Caballas Juan Luis Aróstegui señaló que la regularización de
viviendas ilegales en barriadas como el Príncipe era una
cuestión “preocupante” y recriminó al Ejecutivo que todavía
no le hubiera dado respuesta. Además, aseguró que en el PGOU
no había un proyecto concreto para actuar sobre el Príncipe
Alfonso. “Después de comisiones y estudios, no saben que
hacer”, aseguraba y añadía: “Hay incorporados unos estudios
de principios del 2000 sin más revisión, con los que han
querido cubrir el expediente”.
Por ello, Aróstegui exigía una “solución realista para las
zonas del Príncipe y el Recinto” y recordaba que la barriada
fronteriza es ““un problema recurrente” ya que ha crecido
sin control y “no por culpa de los ciudadanos”. “La vida va
por delante de los papeles y quien no es capaz de acompasar
los papeles a esta, es el responsable”, afirmaba Aróstegui
para señalar que la clave está en “cambiar el modelo de
gestión”. Por ello, insistía en que la solución es que las
personas que tienen casas ilegales tengan la opción de
adquirir el suelo en el que se asientan sus viviendas y no
expropiarlas.
Tras proponer que se empiece a trabajar en un plan,
Caballas, en caso de que el Gobierno no inicie esta
operación de inmediato, ya ha avisado de que lo planteará
como iniciativa parlamentaria en el próximo Pleno de la
Asamblea que se convocará en septiembre.
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Príncipe Alfonso y Recinto Sur, dos retos de futuro para el
Plan General de Ordenación Urbana
Regularización de dos núcleos
importantes de viviendas en Recinto Sur y Príncipe Alfonso
es uno de los objetivos que recoge el Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU) que ya se ha aprobado de forma
inicial. En el documento se habla específicamente de la
barriada Príncipe Alfonso. Un apartado en el que se explica
que para esta zona hay una propuesta “compleja” que conlleva
operaciones de regularización de zonas en la actualidad y
desde hace un número importante de años ocupadas,
dividiéndose en dos grandes zonas: Arcos Quebrados y Loma de
las Lanzas. Para hacer posible esta regularización, el
Gobierno es consciente de que hace falta una operación de
cirugía en el interior de la barriada, que lleve a la Ciudad
a poder definir viales exteriores e interiores, para hacer
viables los servicios en el interior. Además, para desahogar
esta zona también se prevé en el PGOU la construcción de
viviendas, tanto privadas como de protección, en Arcos
Quebrados y Loma de las Lanzas.
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