Una vez más nos toca ser espectadores del grotesco
espectáculo de nuestros gobernantes. Si a todos los
problemas que sufre la ciudad como consecuencia del
endeudamiento público, que esta semana, y tras casi tres
años de legislatura del PP, ha superado el billón de euros
por primera vez en la historia, le sumamos los constantes
patinazos y las repugnantes salidas de tono de los miembros
del gobierno local, obtenemos un escenario dantesco donde
imperan la ineptitud y la incompetencia.
Las declaraciones de Sanín, pese a que no pueden ser más
miserables, no sorprenden. Este es el juego que ha
practicado el PP desde que llegó al poder. Manifestar por
activa y por pasiva que “hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades”, culpar a las minorías, a la inmigración,
desprestigiar los servicios públicos, argumentar que el
despilfarro proviene de inversiones sociales, y un largo y
triste etcétera.
Lo peor es que esta canción ya ha sonado antes, se trata de
la melodía que acompaña siempre a las políticas neoliberales
para justificar la desarticulación del estado de bienestar y
la supresión de los derechos de los ciudadanos.
Sugerimos a la senadora una reflexión: quizás el agujero en
la economía del país proviene del fraude fiscal del que
gozan las grandes fortunas, las SICAVs, o los rescates a la
banca privada. Tratar de hacernos creer que ese máximo
histórico del billón de euros es consecuencia del gasto
social es mentir de forma descarada y burlona. Es
criminalizar y convertir en objetivo a las minorías y a los
sectores vulnerables de la población.
Poco han tardado desde el gobierno local en salir a apagar
el fuego provocado por su colega de filas. Sin embargo, las
palabras de Márquez nos dejan una frase muy reveladora: “no
mezclar opiniones personales con posiciones institucionales
o de partido”. Realmente es justo lo contrario, un político
digno se basa en sus valores y en sus opiniones para hacer
política, y por tanto un partido político digno, se basa en
las opiniones personales de sus integrantes para hacer
política, no es un lobo con piel de cordero a servicio de
poderes externos, como pretende Márquez.
Decir que las opiniones personales no hay que mezclarlas con
las decisiones de partido, es casi como decir que es una
opinión compartida de puertas hacia dentro pero que hay que
mantener el tipo de cara a la galería.
Y para colmo de lo colmos viene la “rectificación” de la
Senadora Sanín, que por más que lo intente no hace más que
ratificarse en su postura inicial, intentando disimular con
giros gramaticales, lo que es evidente a cualquiera.
Desde Podemos Ceuta, consideramos que la senadora debería
presentar su dimisión por incapacidad para el cargo, pues
ella sola se ha puesto en evidencia de nuevo. Sería un
detalle con la ciudadanía.
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