Un año más, a poco que lleguen
algunos vehículos y pasajeros más de lo habitual, el Puerto
de Ceuta muestra sus carencias y comienza a sufrir
aglomeraciones, retrasos y los lógicos cabreos de los
usuarios. Esas carencias volvieron a quedar al aire ayer
cuando los todavía pocos magrebíes que eligen Ceuta para
embarcar con destino a Algeciras se unieron a aquellos
ceutíes que todavía, pese a la maltrecha economía, pueden
salir de la ciudad en busca de nuevos aires en la península
durante este puente del 15 de agosto, y también a aquellos
afortunados que todavía no han disfrutado de sus vacaciones
estivales y que desde ayer ya se encuentran desintoxicándose
de la rutina laboral. Caos, colapsos, retrasos y una notable
falta de información volvió a alterar los ánimos de los
viajeros que no comprenden como Ceuta intenta competir para
traer turismo pero sin solventar los problemas de
infraestructura y servicios que por estas fechas siempre
presenta el Puerto. Los años deberían haber servido para
poco a poco ir mejorando este servicio y ofrecer tanto a los
ceutíes como a los usuarios de la línea las mejores
condiciones para realizar el viaje planeado, pero nada más
lejos de la realidad. En la tarde de ayer los retrasos para
los embarques llegó a situarse hasta en dos horas, una
situación que sumada al excesivo precio de los billetes para
cruzar el estrecho, hace que realmente el viaje no sea nada
atractivo para los usuarios, y vean este transito como una
verdadera pesadilla más que como un relajante viaje en
barco. Las autoridades competentes, las navieras y los
organizadores de la OPE deberían tomar buena nota y dejar de
mirar hacia la caja y mirar algo más hacia los usuarios, que
al fin y al cabo son los que decidirán si esa caja se sigue
o no llenando.
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