Más de 1.300 kilos de marisco ilegal que, presuntamente, iba
a ser servido a restaurantes de la ciudad. Este es el
particular ‘tesoro’ que ayer encontraron agentes de la
Policía Local mientras registraban una parcela en la que se
estaba llevando a cabo la construcción de una casa sin
licencia. La operación se inició a las 11.30 horas y en ella
participaron doce agentes de la Policía Local que se
personaron en una vivienda de Arcos Quebrados, más
concretamente la número 105.
Esta vivienda tenía un expediente abierto por parte de
Urbanismo porque se está construyendo ilegalmente. Hasta el
día de ayer, la Policía había intentado detener a los
obreros, pero cada vez que iban no había nadie. Y es que, la
obra se iba avanzando durante los fines de semana para
burlar a las autoridades. Sin embargo, ayer el propietario
de la vivienda quiso continuar con la obra, momento que
aprovechó la Policía Local, que descubrió allí a cuatro
trabajadores. Dos de ellos salieron corriendo y lograron
escapar, pero los otros dos fueron retenidos y los agentes
pudieron comprobar que se trataba de peones marroquíes sin
contrato. El inspector de Trabajo se presentó inmediatamente
y terminó denunciando a la hermana del propietario de la
parcela, concretamente la 196 del Príncipe, puesto que al
parecer era la mujer quien estaba llevando a cabo la obra en
parte del terreno que le había cedido su hermano. Pero la
operación, lejos de acabarse continuó y lo más llamativo
estaba por llegar.
Los agentes inspeccionaron la zona y en el terreno anexo a
la casa que se está construyendo ilegalmente hallaron doce
congeladores industriales llenos de marisco de alta calidad
(langosta, langostinos, ect.), según informaron fuentes
policiales a EL PUEBLO. En total, los agentes decomisaron
1.320 kilos de marisco que, al parecer, procedía de
Marruecos. Y es que, el propietario no presentó facturas ni
documentos que acreditasen su origen. Por su parte, el
inspector de Sanidad acudió hasta la parcela y ordenó que se
incautara la mercancía porque no reunía las condiciones de
almacenamiento.
Lo que sí hallaron los agentes entre la documentación que
pudieron encontrar en el registro fueron facturas que
mostraban como el propietario del marisco abastecía a muchos
restaurantes de la ciudad. El valor de la mercancía, que fue
destruida, se calcula en 60.000 euros. Dinero que el
propietario no estaba dispuesto a perder y por ello se
personó en la incineradora para reclamar su marisco. Los
agentes tuvieron que reducirlo. Finalmente se abrió un
expediente contra la mujer que supuestamente ordenaba la
obra por atentado al derecho de los trabajadores y al
propietario de la mercancía, marroquí con permiso de
residencia en España, se le decomisó la mercancía y se le
abrió un expediente de Sanidad.
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