En siglas, MUR. Para entendernos
el corazón ideológico y religioso del islamismo político hoy
formalmente en el gobierno marroquí, el Partido de la
Justicia y el Desarrollo (PJD). Corren tiempos de fronda y
aunque el Reino de Marruecos, de la mano de su soberano y
Amir Al Moumenin (Príncipe o Emir de los Creyentes), Mohamed
VI, está aguantando el tirón y no cayendo en la espiral de
incertidumbre que atosiga a sus vecinos magrebíes (Argelia y
Túnez, no digamos Libia), atesorando un clima de
estabilidad, las espadas están en alto. Por ello éste 5º
Congreso del MUR, que hoy se estrena puertas adentro en el
Instituto de Veterinaria y Agricultura Hassán II y mañana en
el teatro Mohamed V, reviste una especial importancia. Y si
desde los aledaños del poder el “toro” del PJD ha sido
convenientemente baqueteado y banderilleado, al MUR todavía
le falta un hervor para pasar por el aro y sufrir en las
carnes sus propias Horcas Caudinas. Parece que ahora toca.
En el plano interno y según resume el nº 3455 de Attajdid
(Modernización), órgano oficial del movimiento y en ningún
caso “el periódico del PJD”, como más de un “experto”
escribe, el 5º congreso abordará entre otros los siguientes
puntos: reforma de los estatutos internos (francamente falta
les hace), reforma y control de los consejos locales de la
shura, aumento de la presencia de jóvenes y mujeres en los
órganos internos, descentralización organizativa y elección
de un nuevo presidente, el cuarto en su historia después del
actual, Mohamed Hamdaoui, quien sustituyo en su momento al
defenestrado Mohamed Raissuni (exiliado de oro a Arabia
Saudí por incontinencia verbal). Desde el exterior han
acudido representes de formaciones hermanas venidas que sepa
por el momento de Argelia, Túnez (Ennahda), Mauritania,
Sudán y Turquía, brillando como figura estelar el portavoz
palestino de Hamás, Osama Hamdan, quién dará que hablar.
No siempre discreto pero con los papeles repartidos (la
presencia del MUR en el PJD es dominante, si bien el Jefe de
Gobierno Benkirán, padre fundador de la criatura junto a El
Otmani y Yattim, abandonó la asociación religiosa en julio
de 2008), el Movimiento de Unicidad y Reforma (MUR) ha
sacado más de una vez los pies de las alforjas: si en 2002
su entonces presidente, Raisuni, comentaba la posibilidad de
abandonar el PJD y fundar un nuevo partido, hace ahora poco
más de un año tras el contragolpe dado por el general Al
Sissi en Egipto contra el presidente Mursi y sus Hermanos
Musulmanes el MUR (y buena parte del PJD) mostró
públicamente y sin rubor sus simpatías y solidaridad con
Mursi y sus correligionarios islamistas, mientras desde
palacio el joven soberano Mohamed VI se alienaba
inmediatamente (junto a la monarquía saudí) con los
militares egipcios. Y el que quiera entender que entienda.
De aquello polvos vienen estos lodos. No hay duda de que en
el alambicado juego de islamismo político, la experiencia de
Marruecos (junto a la de Turquía y Túnez) representa todo un
marco de referencia. Por lo demás, si notorias son las
simpatías del tándem MUR-PJD (formaciones por lo demás
abiertamente neosalafistas) hacia la ideología de los
Hermanos Musulmanes, la proximidad ideológica al pensamiento
de Ennahda y su líder Ganouchi es más que evidente.
El jueves Rabat lucía apacible y primaveral, con una
temperatura deliciosa. Hoy viernes “Vicente” aprieta, aunque
sin ahogar. Las calles están vacías y al cómodo y modernista
“tramway” es posible subir sin apretujones. Mañana les
cuento más. Haya salud. Visto.
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