El asentamiento sirio que se
encuentra en la Plaza de los Reyes continúa provocando
quebraderos de cabeza a las diferentes administraciones. Por
un lado, desde la Delegación del Gobierno se tiene ya como
una parte más de las vistas desde los ventanales del
edificio gubernamental mientras se acelera la tramitación de
la documentación solicitada para que estas familias puedan
abandonar la ciudad y dirigirse hasta la península, única
pretensión de los aproximadamente cincuenta sirios que
quedan acampados en la Plaza de los Reyes.
Por su parte, la permisividad mostrada inicialmente por la
Ciudad con este asentamiento ha provocado que el mismo se
convierta en un grave problema que, pese a que los informes
realizados desde las áreas de Sanidad y Menores aseguran que
no existe ningún peligro potencial para la salud de los allí
asentados ni para lo pequeños de estas familias, si es
cierto que las condiciones higiénico sanitarias nunca pueden
ser las idóneas y esto ya no sólo afecta a los propios
sirios sino también a una población, la ceutí, que se ha
visto privada de golpe y porrazo de un espacio público de
disfrute para los más pequeños, además de la paupérrima
imagen que este panorama ofrece de una ciudad que el
Gobierno local quiere vender un magnífico enclave turístico.
Dentro del mismo Gobierno, existen voces que reconocen en
voz baja que dicha permisividad ha sido un error desde el
primer momento y que ahora, después de tres meses sería un
problema mayor el intentar levantar dicho campamento ya que
provocaría el alzamiento de numerosas voces de asociaciones
y ONG’s criticando esta medida.
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