Con un “sí” rotundo se presenta Ceuta al resto del mundo en
un vídeo turístico de iniciativa privada que está
revolucionando a las redes sociales y a la propia ciudad. En
el momento de escribir estas letras, se han superado las
10.000 reproducciones en poco más de 24 horas, una
estadística realmente impresionante para un producto de
estas características, dedicado a una ciudad pequeña. La
mezcla perfecta de unas imágenes impresionantes, incluso
desde el aire, un montaje exquisito y una música excepcional
y hecha a medida para esta tierra, levantando el alma a
cualquiera que la escucha, han sido sin duda la clave de un
éxito que, aunque parezca increíble es “privado”.
Anoche, sorpresivamente, lo pudimos disfrutar todos los
ceutíes, proyectado en un lateral de la portada de nuestra
feria. Aunque la intención inicial era colocar una pantalla
gigante, el viento lo impidió y se intentará hacer hoy si
deja de azotar tan fuerte. La noche anterior, la televisión
pública lo emitió para deleite de todos los caballas,
mientras se realizaba una entrevista a parte del equipo de
producción de “En Ceuta, sí”. Todos los medios de
comunicación han publicado el enlace al vídeo, explicando
todos los detalles. Las redes sociales han reventado,
literalmente.
En radios, periódicos, televisión y redes sociales, incluso
en la cabecera del vídeo, hemos podido ver, leer y escuchar
que todo este proyecto ha sido realizado sin ánimo de lucro,
a un coste cero de los de verdad y solo por y para Ceuta y
los ceutíes. Un gesto que honra a los productores,
participantes y colaboradores, sobre todo en los tiempos que
corren, donde todo el mundo quiere trincar a toda costa.
Esto da un valor incalculable a este trabajo. Como
ciudadano, doy las gracias.
Una pregunta generalizada surge cuando se conocen detalles
como que la Cámara de Comercio da un certero y rápido paso
al frente y se ofrece a editar copias en DVD, o que el
propio sentido del vídeo es solo un apoyo a la campaña
oficial de turismo: ¿quién ha dejado escapar esto en la
Ciudad, con C mayúscula?, ¿por qué no estaba la pantalla
colocada proyectando el vídeo el primer día de feria?, ¿por
qué el apoyo no ha llegado ipso facto desde Plaza de África,
s/n?, ¿por qué es una iniciativa privada?.
En Ceuta la voz se corre rápidamente y los rumores cuentan
que aquí alguien ha metido la pata, menospreciando una idea
excepcional, un trabajo evidentemente profesional y un
producto de alta calidad, tan emocionante para los caballas,
que ha partido en dos el verano 2014 de nuestra tierra.
Cuentan que todo ha surgido de la misma cabeza y que esta
cabeza no es privada, porque la Ciudad la tiene en su propia
casa. Si tiramos del hilo, nos encontraremos no solo con la
producción y dirección del vídeo, sino con todo el volumen
creativo de “Ceuta.sí” y quizás de mucho más. ¿No sabe la
ciudad aprovechar sus propios recursos?, ¿es cierto que se
ha menospreciado o dejado pasar como si nada algo que ha
llevado a este excelente resultado final?. Quizás aquí se ha
cometido un error muy habitual en Ceuta: lo de aquí, por
estar hecho por gente de aquí, vale menos que lo de fuera.
Me gustaría saber cuánto se habría pagado por un producto
como este, si cualquier empresa foránea hubiera presentado
una factura.
Los productores del vídeo han enarbolado la bandera de la
discreción y han sido muy elegantes a la hora de promocionar
su proyecto, hecho por y para Ceuta, sin más interés que el
de enseñarle al mundo entero las posibilidades turísticas de
su ciudad. Pero no olvidemos que en este trabajo han
participado, también desinteresadamente, muchos ciudadanos,
que conocen de primera mano cada detalle del desarrollo que
ha tenido esta producción desde el minuto uno y que no
tienen por qué ser ni discretos, ni elegantes… y Facebook,
Twitter y algunos foros, son muy chivatos.
De todas formas y sea como sea, no manchemos con historias
ajenas el trabajo desinteresado de unos ciudadanos que lo
único que han hecho, es trabajar por su tierra, perder
tiempo de estar con sus familias, solo por Ceuta y los
ceutíes, para ofrecernos a todos un resultado realmente
emocionante. Hoy, más que nunca: en Ceuta, sí.
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