De un tiempo a esta parte parece
que el encargado de decidir que tipo de cabalgatas deben
usarse para según que celebración se está luciendo, y así lo
manifestaban ayer un gran número de ceutíes que ante la
ilusión de los más pequeños se lanzaron a la calle para
intentar disfrutar de uno de los eventos más esperados de
las Fiestas Patronales. Poco o nada de disfrute ofreció ayer
la llamada Gran Cabalgata por parte del área de Festejos,
aunque no por los animados gigantes y cabezudos que siempre
intentan interactuar con los presentes sino por la pobre
imagen dada por todas y cada una de las carrozas que ayer
componían el cortejo. Después de varios años haciendo lo
mismo y recibiendo las mismas críticas, desde la Ciudad, o
más concretamente desde Festejos, deberían haberse dado
cuenta de que esas carrozas envueltas en puntos de luz son
de un aspecto monstruoso, no sólo por el aspecto en sí, sino
también por la paupérrima luz que desprenden.
Lamentablemente, muchos de los rostros de los pequeños que,
acompañados de sus padres salieron a las calles de Ceuta
para vivir la cabalgata, no reflejaban esa ilusión, esa
alegría, ese brillo especial que antaño los pequeños
observaban maravillados esas espectaculares carrozas llenas
de luz y colorido que contagiaban el ambiente festivo que
durante estas fechas se debe vivir en una ciudad que se
vuelca con su Patrona y Madre, Nuestra Señora de África. Se
entiende que quizás el estado de las arcas mandan, pero
quizás no sea tanto el dinero sino el gusto y la imaginación
de algunos a la hora de preparar estos eventos, piénsenlo
detenidamente y trabajen un poquito más esas mentes
oxidadas, conviértanse por unos instantes un niños y piensen
como ellos a la hora de proceder a elegir que es lo que más
puede llamar la atención a los más pequeños.
|