La inteligencia en unas solas manos. La lucha contra el
terrorismo y la delincuencia organizada no pueden ir por
separado. Los caminos se entrecruzan en demasiadas
ocasiones. Lo saben los especialistas en la lucha contra el
terrorismo internacional. Lo saben los que batallan contra
el crimen organizado. Y ya lo han entendido los responsables
de la Seguridad del Estado. Y por este motivo se ha tomado
ya la decisión de unificar las estructuras de la
inteligencia criminal. Así, durante las próximas fechas,
está prevista la creación del CITCO: Centro de Inteligencia
contra el Terrorismo y el Crimen Organizado.
Con esta iniciativa, el Gobierno pretende fusionar los dos
órganos de inteligencia dedicados a la lucha contra el
terrorismo, el Centro Nacional de Coordinación
Antiterrorista (CNCA), y el CICO, Centro de Inteligencia
contra el Crimen Organizado. En ambos están representados
los principales cuerpos policiales. El CNCA se puso en
marcha tras los atentados del 11-M con el fin de evitar
episodios de descoordinación policial como los que se
evidenciaron tras la masacre de Madrid. Ahora, el Ministerio
del Interior pretende que esos episodios de descoordinación
no se produzcan entre los centros de inteligencia.
Además de inteligencia y coordinación, se pretende que
exista una estructura única. Se trata de una coordinación de
bases de datos; que cuando exista una estructura
delincuencial que pueda estar relacionada con el terrorismo
no se pierda entre los especialistas de crimen organizado o
en sus bases de datos.
Y por esto, los responsables de la Seguridad del Estado
estiman que se deben fusionar ambos organismos, dándole
prioridad al terrorismo, no sólo por su impacto sino porque
España sigue siendo objetivo principal de los grupos
internacionales.
Lo que han detectado los especialistas antiterroristas en
los últimos años es que las líneas que separaban a éstos de
los criminales habituales son cada vez más livianas. Además,
los terroristas se nutren del crimen organizado para
financiarse y abastecerse. «Por eso no tiene sentido ya que
tengan bases de datos separadas», apunta uno de los
responsables de este proyecto.
La preocupación por el terrorismo islamista es enorme, las
investigaciones son continuas y las amenazas detectadas son
constantes. Esta reorganización responde a la preocupación
por el creciente desafío del yihadismo internacional.
Los especialistas advierten de que los terroristas, de que
los potenciales lobos solitarios, están aquí y que hay que
aumentar la presión sobre ellos. Y por eso demandan desde
hace meses una actualización de las estructuras y una
regulación legislativa más efectiva, que les dote de
herramientas legales para hacer frente a este fenómeno.
La realidad del terrorismo doméstico, el de ETA, es otra
bien diferente a la de hace un lustro. No ha desaparecido.
Siguen armados. Pero su tensión ya no es la misma. Y por
este motivo entienden los especialistas que hay que ir
reforzando la lucha contra el terrorismo internacional con
expertos que conozcan y se muevan bien en el plano de la
lucha antiterrorista.
La gran preocupación es el terrorismo islamista y sus
vínculos con el resto de grandes tramas del crimen
organizado. Los especialistas tienen siempre en mente los
atentados del 11-M.
Saben que la financiación de estos activistas pasa por el
tráfico de drogas a gran escala (aunque también el menudeo),
el tráfico de seres humanos y hasta el blanqueo. Por ello,
en el Ministerio del Interior han llegado a la conclusión de
que una de las medidas que se deben adoptar es la
vinculación de la lucha contra el terrorismo con la lucha
contra el crimen organizado.
Hasta el momento, eran estructuras policiales que actuaban
de manera independiente. Era rara la actuación conjunta
porque el vínculo apenas era perceptible. Pero en las
últimas operaciones, no solo en España sino también en otros
países europeos, las conexiones entre las redes de
narcotráfico y el terrorismo internacional han quedado cada
vez más explícitas.
Hasta ahora, CNCA y CICO funcionaban por libre, sin
conexión, bajo las órdenes de la Secretaría de Estado de
Seguridad. Ya no pueden trabajar en paralelo,
En ambos hay representantes tanto de la Policía Nacional
como de la Guardia Civil y del Centro Nacional de
Inteligencia (CNI). Papel fundamental tienen en estos
organismos los especialistas incorporados del ámbito de
prisiones, que facilitan a los responsables informes muy
determinantes de las actividades de los implicados tanto en
terrorismo como en crimen organizado que están en prisión. Y
es que, desde los centros penitenciarios no solo se
controlan complejas tramas delictivas sino que, además,
también se captan por el mundo radical futuros activistas y
miembros de Al Qaeda.
La cárcel es la gran fábrica de lobos solitarios. En los
recintos carcelarios es donde más se produce la
radicalización de los islamistas. Y no solo en España.
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