Buenos días, Ceuta.
Ando un poco cabreado… ¿he dicho un poco?, no, ando muy
cabreado por la negativa interacción social que comienza a
invadir el país.
Comenzando por la propia familia, uno recuerda sus momentos
familiares, tales como la cena de Nochebuena, en que todos
los familiares nos contábamos cosas de sus respectivas vidas
–estudios, trabajos, crisis, etc.-, unos a otros… hoy en día
ya no existe tal tradición.
Ahora se pasan las horas, minutos y segundos agarrados a ese
diabólico aparatito portátil, que si una llamada, que si un
mensaje de whatsapp, que si una consulta de algo, etc. Pero
lo peor es que se pasan horas y horas consultando Facebook,
jugando a esos miles de juegos que les comen el ‘coco’… en
definitiva nos vamos volviendo tremendamente maleducados.
Voy por el paseo marítimo de la ciudad, paseando y tratando
de contactar con amigos. Es imposible, todo el mundo está
pendiente de su móvil, Smartphone, ipod, ipad, tablet o lo
que sea. Andan como zombis sin reparar en los demás, más que
mal.
Lo malo es que cuando tropiezas con un amigo o con un
conocido y comienzas a saludarlo… en seguida se aleja un
poco porque ha recibido una llamada o tiene que hacerla
porque se ha acordado en ese preciso momento. De todo ese
desbarajuste social se aprovecha el Gobierno del país. Han
ideado un modo de sacar los cuartos a los internautas: la
‘Ley Lasalle’.
El Proyecto de Ley de la Propiedad Intelectual que introduce
el derecho de las empresas editoras a ser compensadas por el
uso de sus contenidos no es más que una nueva herramienta
puesta a disposición del sector privado para seguir
esquilmando a los ciudadanos.
Esto no es más que una jugada envenenada al criminalizar un
derecho fundamental en Internet y que no garantiza la
propiedad intelectual. La implantación del llamado ‘canon
AEDE’, llamado así porque cuenta con el respaldo de la
Asociación de Editores de Diarios Españoles, ha sido
rechazada por otros editores, medios, agregadores,
asociaciones, etc., hará que desaparezcan gran parte de los
agregadores y con ello los usuarios tendrían que emplear más
tiempo en buscar información, lo que provocaría una pérdida
muy importante del impacto económico. Más leña a los
derechos sociales.
Otro organismo que se ha opuesto a esta tasa ha sido la
Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, que
señalaba que editores y agregadores no son “competidores
directos”. Además, Competencia advertía que “ya que existen
soluciones técnicas, sencillas y gratuitas que permitirían
al titular del derecho de propiedad intelectual que la
agregación se realice o no” y que la redifusión de
informaciones a través de terceros “genera o puede generar
otros ingresos”.
Así y todo, los zombis verán recortado, con mucho, sus
derechos. Por una parte me alegraría si ello conlleva que
presten más atención a la interacción social al dejar de
estar pendientes del móvil y por otra parte me produce un
efecto amargo que impongan este tipo de leyes negativas para
la sociedad, como la ley del aborto o la ley de educación.
Este Gobierno actual es destructivo, lo digo bien alto y
claro: DESTRUCTIVO, de los derechos sociales del ciudadano y
abusando con una fuerte presión fiscal que aniquila a
familias enteras. Tanta presión fiscal queda retratada en
los verdaderos intereses: lo privado. Prueba de ello, una
más, está en la supuesta venta, creo que es simbólica, de
una antigua y tradicional Caixa catalana a uno de los más
poderosos bancos, después rescatarla con tantos millones de
euros y pagados por los ciudadanos, que bien servirían para
el sustento de cientos de miles de discapacitados
dependientes, por poner un ejemplo.
Ahora penalizan el acceso a la información y al
conocimiento. Mañana impondrán el derecho a la censura, si
es que no lo está ya, y con ello siguen pisando fuertemente
el freno a la innovación y a la creación. La defensa de los
derechos de autor es legítima, pero no debe extenderse a
vulnerar los derechos de quienes eligen hacerlo de forma
diferente, eso está claro y, además, existen soluciones
técnicas que permiten al titular del derecho de la propiedad
intelectual que la agregación se realice o no.
Sobran comentarios, sobran zombis, lo que no sobra es el
dinero del ciudadano medio.
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