El plan de repoblación forestal en
la zona de García Aldave y alrededores, sector afectado por
el incendio que se desató el miércoles de la pasada semana,
se emprenderá en otoño para retirar los pinos calcinados que
son irrecuperables y tratar de limpiar la zona afectada y
emprender, con las Brigadas Forestales, la repoblación. Una
actuación que supone tratar de recuperar una zona de alto
valor ecológico que ha sido devastada por las llamas con
varias circunstancias que han contribuido a que la expansión
de las llamas sobrepasara los cortafuegos: la tormenta de
sequía existente contribuyó a elevar los daños, las fuertes
rachas de viento que se produjeron en esas dieciséis horas
que duró el siniestro y la complicada orografía que
dificultaba el acceso a la zona, a la vez que se produjo el
efecto chimenea por surgir las llamas de una parte inferior
del monte.
Los técnicos de Obimasa ya efectuaron a las 24 horas un
estudio que, con el paso de los días han ido complementando
sobre los daños causados. Ahora corresponde la planificación
a llevar a efecto, con el despliegue lógico de
reforestación, conforme al diseño que los especialistas
determinen, de acuerdo a una más adecuada y eficaz actuación
de recuperación forestal. Ya en un primer momento conocimos
que si bien los alcornoques y acebuches se recuperan con
cierta facilidad, no así los pinos que han sido los más
afectados y los que también tardarán más años en mostrar su
fisonomía anterior al siniestro: diez años como mínimo y
cuarenta para levantar la altura que poseían. Si ya se ha
hecho la evaluación de lo que ha supuesto la pérdida
ecológica, ahora corresponde plantearse un nuevo escenario,
en el que paulatinamente irá desapareciendo el tono grisáceo
de los árboles calcinados para dar paso al verde.
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