ILMO. SR.:
En repetidas ocasiones me he dirigido a ese Ministerio
poniendo en su conocimiento una serie de atropellos, como
mínimo susceptibles de una investigación seria, llegando a
solicitar por ellos el cese de la Secretaria de Gobierno en
Ceuta.
Desde su primera visita a esta ciudad solicité audiencia de
V.I. para tratar el tema sin obtener resultado.
Es por ello que, con el máximo respeto, me levanto en esta
asamblea virtual con la intención de hacerle llegar mi voz
por un asunto que considero de suficiente gravedad.
Lo normal
En la Administración, la base misma del funcionamiento del
sistema es el respeto a la jerarquía.
Lo normal cuando alguien ataca el fundamento del sistema es
la aplicación de mecanismos de solución de conflictos.
Lo excepcional
También es normal, pero solo en último extremo, la
aplicación de la fuerza (del Estado) como medida
excepcional.
El último policía salido de la Academia (“Fuerza Pública”)
conoce este principio elemental. Sus técnicas habituales son
la palabra (3%), la “diplomacia”(2%), y la paciencia (95%),
solo excepcionalmente el uso de sus “defensas” y, en casos
absolutamente extraordinarios, incluso su arma de fuego.
Lo anormal
Es incoar un expediente disciplinario.
Lo anormal es incoar ocho expedientes a la misma persona.
Lo anormal es que siempre se acuse por faltas graves que
luego se tienen que archivar sin sanción, tras provocar años
de sufrimiento gratuito.
En conclusión
El uso de la fuerza forma parte del fundamento del sistema.
Su abuso constituye su corrupción.
La prensa local recogía recientemente (5-Abril-14) unas
declaraciones de la Secretaria de Gobierno justificando su
postura de expulsar a una Secretaria Judicial so pretexto de
“residir” en Algeciras. Puesto que es públicamente conocido
que la propia Secretaria de Gobierno “residió” un tiempo en
Marruecos solicité que, como personaje público que es y en
aras del principio de transparencia (que se exige incluso al
Rey y a la Casa Real), mostrara a la prensa su pasaporte
para evidenciar lo inicuo de la expulsión.
Resultado: El Ministerio, que habitualmente permanece
impasible ante cualquier denuncia, me incoa mi NOVENO
EXPEDIENTE disciplinario por “desconsideración con un
superior”.
Tras la apariencia de legalidad/normalidad (“algo habrá
hecho”, “él se lo ha buscado”, “no haberse metido el líos”)
se oculta la realidad de una violencia institucional
(ilegítima) con el consiguiente desprestigio personal y
profesional incluso aunque el expediente acabe finalmente
(como acabará) en nada.
Como en el origen de los hechos (año 2006) existe un recurso
contencioso estimado a mi favor por los Tribunales contra
los intereses de mi propia superiora jerárquica
(precisamente por la plaza que ocupo) y desde entonces no
han cesado las agresiones es por lo que, ante la pasividad
de su Ministerio, he interesado la intervención del DEFENSOR
DEL PUEBLO por estimar que pudiera existir una incorrecta
utilización de la fuerza de la Administración.
El asunto podría no tener mayor trascendencia (ocho, nueve,
diez expedientes a nadie importan) si no fuera porque:
a) El tema del pasaporte (lo muestre o no a la prensa) y la
“residencia” en Marruecos son fácilmente demostrables.
b) El acoso (como las coacciones o la prevaricación) es un
delito penado por el Código Penal (art. 173 en relación con
el 177).
c) El Ministerio ha optado por posicionarse del lado del
agresor que abusa de su fuerza.
Por todo lo expuesto, con el debido respeto, intereso
nuevamente de ese Ministerio el cese de la Sra. Vilar
Mendieta.
En Ceuta a dieciséis de julio de dos mil catorce.
* Secretario de la Sección de la Audiencia en Ceuta
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