La doctora y la cooperante que el pasado 6 de febrero
revisaron las lesiones y recogieron los testimonios de los
supervivientes del intento de entrada en grupo en Ceuta de
unos 300 migrantes subsaharianos que terminó con 15 muertos
han ratificado en sede judicial el contenido del informe que
el movimiento ‘Ca-Minando Fronteras’ elaboró y difundió
posteriormente, en el que reflejó que los indocumentados
aseguraban haber recibido en el agua disparos de pelotas de
goma directos de la Guardia Civil y que algunos cadáveres
mostraban impactos de objetos “redondos y romos”.
Según han explicado fuentes judiciales, el contenido de sus
declaraciones como testigos de referencia, esto es, sobre
presuntos hechos delictivos conocidos a través de un
tercero, deberá valorarse ahora por parte de la juez
instructora de las diligencias para determinar el futuro de
la causa.
El Juzgado había desestimado en un primer momento tomar
declaración a ambos testigos. La Audiencia Provincial
estimó, sin embargo, a finales de junio, el recurso
presentado por la Asociación Coordinadora de Barrios y
ordenó, además de recoger sus testificales, “identificar a
los agentes participantes en las operaciones del 6 de
febrero”, incluyendo los pertenecientes a GRS, GEAS y
Servicio Marítimo, “con expresión de las horas de servicio,
categoría, funciones, órdenes de servicio y registro de
operaciones”.
La juez aún espera tanto esa documentación como el
inventario del material entregado a los guardias para
contener el salto de los subsaharianos y la relación de
embarcaciones y equipos marítimos que participaron en los
hechos, así como “archivos generales de registro de
operaciones”, “registro de geoposicionamiento incluyendo
fecha y hora”, “sonido del puente”, “registro de
comunicaciones”, “datos del radar” y órdenes “al timón y a
la máquina y sus reacciones”.
El informe de ‘Ca-Minando Fronteras’, contra cuyo contenido
el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio
González Pérez, deseó que se formulasen “querellas
criminales”, apunta que al menos quince de los subsaharianos
que intentaron entrar en grupo en la ciudad autónoma
sufrieron “lesiones traumáticas” y que uno de los fallecidos
presentaba una “circular” en la cara como posible resultado
del impacto de una pelota de goma.
“Se ha verificado”, refleja el análisis, “la existencia de
15 personas con lesiones de naturaleza traumática de las
cuales se reseñan 8 más graves y secuelas”. Entre ellas
figuran algunos de los 23 inmigrantes que, según el ministro
del Interior, llegaron a pisar territorio español, donde
“ninguno recibió asistencia sanitaria”. “Todos” fueron
atendidos “de emergencia” en la playa marroquí contigua al
espigón fronterizo del Tarajal, en cuyas inmediaciones
tuvieron lugar las muertes, “y 19 fueron trasladados a
hospitales de la zona”. Uno “fue hospitalizado durante dos
semanas” en Tetuán, aunque “se le denegó el certificado”
facultativo, y “ninguno recibió parte médico ni informe
sobre sus lesiones o tratamiento dispensado”.
Según los testimonios recogidos en 28 entrevistas personales
y varios grupos de discusión, las Fuerzas de Seguridad
marroquíes actuantes dejaron de usar la fuerza cuando unos
200 subsaharianos accedieron al mar. Entonces, la Guardia
Civil, “que al principio disparaba al aire” empezó a hacerlo
“a los cuerpos de las personas que se encontraban en el agua
cuando empezaron a llegar a la zona española”.
Además de disparar pelotas de goma “a corta distancia”, los
guardias “apostados en el espigón utilizaban las culatas de
sus armas para impedir que los inmigrantes se agarrasen a
las rocas”. El segundo punto de violencia, de acuerdo con el
informe, fue “en la playa”, donde “la Guardia Civil reducía
con violencia a las personas que llegaban a la costa”. En
dos casos “los heridos refieren que un agente disparó sobre
sus cabezas mientras estaban tumbados sobre la arena”.
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