Mohamed Abdelkader tiene 54 años y, en teoría, tendría que
jubilarse en poco más de diez. Pero a lo largo de su vida
sólo ha podido cotizar cinco años, insuficientes para
asegurarse una pensión. Una situación en la que se
encuentran cada vez más ceutíes, parados de larga duración y
con una edad complicada para encontrar trabajo, mientras el
tiempo corre en su contra. Este hombre, padre de cuatro
hijos, tiene formación en diversos sectores como la
construcción, limpieza o seguridad. Sin embargo no ha
encontrado un trabajo estable.
Mohamed cuenta como ya ha llamado a la puerta de todas las
empresas de la ciudad, pero ninguna se le ha abierto. El
último trabajo fue temporal, en el sector de la limpieza.
Ahora, el y su familia dependen de una ayuda de poco más de
400 euros que se acabará en unos meses si no encuentra
trabajo. Ahora, además, una de sus hijas necesita un corsé y
a la vuelta de la esquina, con la llegada del curso escolar,
tendrá que hacer frente a un desembolso que, lamenta, no
puede asumir. Por eso, este hombre pide una alternativa, un
trabajo con el que poder mantener a su familia, pero también
con el que asegurarse un futuro para no terminar sin nada.
“Soy un padre de familia que pide un trabajo digno para
poder sacarla adelante”, manifiesta este hombre que lamenta
como, a pesar de tener formación, ya no cuentan con el por
la edad.
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