Mucho trabajo se presenta en el
fin de semana al Vaticano que, naturalmente, no puede estar
ajeno a todo lo que afecte a sus súbditos en el resto del
mundo y hoy menos por cuanto Bertoglio y Reizieger, o lo que
es lo mismo el Papa Francisco y el Papa Benedicto XVI, como
argentino el uno y alemán el otro, tendrán su corazón más
inclinado a los suyos propios que a los otros con los que se
van a jugar la primacía futbolística en el mundo.
Francisco, sin la idea de 1º, 2º, ni ningún otro número más,
no ha escondido nunca que es uno de tantos futboleros como
hay en Argentina, Reizieger, por el contrario, jamás
manifestó nada de sus gustos deportivos, ni extra
deportivos, pero llegados a este punto, cada uno tiene su
corazoncito y los alemanes nunca han tirado por tierra nada
de lo que afecte a sus intereses, con lo que, en algún
instante, alguno de sus rezos podría ir encaminado a pedir
por los suyos.
Y si hablamos de rezos o de oraciones, ahora es el momento
de comprobar cual de los dos tiene más influencias en las
alturas, porque aquí ya no nos vale eso de un empate, si
ambos tuvieran el mismo peso. Tiempo al tiempo.
Mucho fútbol, pues, en el fin de semana, pero no sólo en
Brasil, sino también en el capítulo de fichajes y
presentaciones, los unos a bombo y platillo, en sus propias
instalaciones y otros que ya veremos si se hacen en la Plaza
Mayor, en una avenida importante, o en el teatro más
cercano.
Hasta ahora, nunca se había dado esta situación de que un
club fiche a un jugador y no lo pueda presentar, ni en su
campo, y esto es lo que va a sucederle al Barça con el
fichaje de Luis Suárez, que en cuatro meses no lo podrá
colocar en sus escaparates, para nada. Lo que hace un “buen
bocado”, que le deja descansando una larga temporada. Y eso
que Luis Suárez ha costado un dineral, al menos según los
ingleses. Los catalanes dirán que por ser ellos quien son se
lo dieron a precio de “rebajas”, los ingleses hablan de 95
millones de euros, unas 400 veces más de lo que pagó el
Inter al Barcelona, en su día, por aquel otro Luis Suárez,
naturalmente “el pacífico”, pero los tiempos hay que
cogerlos según vienen y así lo habrá cogido monseñor
Sistarch, el arzobispo que se había escandalizado tanto,
cuando el Madrid pagó lo que pagó por Cristiano Ronaldo.
Ardo en deseos de oír o de leer el contenido de la homilía
de Sistarch porque, si sigue pensando como pensaba entonces,
algo tendrá que decir sobre el coste de este jugador, con lo
que le rodea, y de lo contrario, si entonces habló y ahora
guarda silencio, del asunto, es que el monseñor es un
hipócrita, o es que tiene miedo a que si un día va a dar la
“sagrada comunión” a Luis Suárez, éste le dé un mordisco y
le deje sin un dedo, por ejemplo.
Mucho fútbol hemos abordado hoy y junto a todo ese fútbol,
mucha iglesia ha venido a nuestra columna, pero las cosas
son como son y tanto Argentina como Alemania tienen en lo
más alto de la iglesia a paisanos suyos, además de que los
dos países se tengan que enfrentar deportivamente mañana por
el título mundial.
En cuanto al otro, a Sistarch, lo hemos traído a nuestra
columna hoy por una salida suya a un asunto que nadie le
había dado parte y que, por tanto, metió la pata, que ahora,
es de suponer, tendría la oportunidad, si es que sabe, de
sacarla. Ya se sabe eso de “no te metas en dibú / ni en
saber vidas ajé/ que lo que no va ni vié ....”.
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