El sindicato de la Unión Federal
de la Policía (UFP) ha mostrado su preocupación por la
inexistencia de un protocolo de actuación para que, a nivel
sanitario, se regule la entrada de la inmigración ilegal.
Entiende este sindicato que, al estar en permanente contacto
con inmigrantes procedentes de países con virus de
enfermedades contagiosas, corren un serio riesgo de contagio
y, por tanto, el consiguiente peligro para su salud. Por
ello exigen un protocolo que se ponga en práctica ante la
masiva entrada de inmigrantes originarios de países con
enfermedades endémicas de alto riesgo. Nada nuevo porque el
propio Gobierno de la nación vigila las posibles puertas de
entrada, en puertos y aeropuertos. Es obvio que, la medida
preventiva, trata de evitar contagios y supone preservar la
salud pública de los españoles.
Ceuta, por su situación geográfica y como ciudad fronteriza,
está expuesta a estas contingencias que han de vigilarse. Al
igual que los puertos españoles tienen la obligación de
exigir la Declaración Marítima de Sanidad y que, ante algún
caso sospechoso de entrada, se ha enviado al Centro Nacional
de Microbiología la analítica, en nuestra ciudad con mayor
razón, es exigible un control exhaustivo de los inmigrantes
que nos llegan. Y pese a que nunca se puede garantizar el
riesgo cero, resulta obvio que, en la medida que los
controles sean eficaces, el nivel de probabilidades de
contagios, será más bajo o inexistente.
Los riesgos para la salud pública hay que controlarlos con
todas las garantías. El ébola, enfermedad llamativa, y
mortal es la que más preocupa, aunque también se dan otras
patologias contagiosas como hepatitis, tuberculosis,
malaria, el VIH o pauludismo.
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