Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) estiman que
el nuevo tipo del Impuesto a los Depósitos Bancarios
aprobado el pasado viernes por el Gobierno supondrá un coste
de 362,9 millones anuales para las entidades financieras, al
aplicar una tasa única del 0,03% sobre el volumen global de
depósitos desde el 1 de enero de 2014.
Sobre la cesión a las autonomías de la recaudación del
impuesto, los técnicos creen que tendrá un impacto mayor en
las comunidades con mayor concentración de grandes fortunas
como Madrid y Cataluña, que juntas suman el 46,2% de todo el
dinero confiado a los bancos. En una posición intermedia de
financiación estarán la Comunidad Valenciana, Castilla León
y Galicia, así como las diputaciones forales del País Vasco.
Entre las que menos percibirán estarán Extremadura, Navarra,
Cantabria y La Rioja, junto con Ceuta y Melilla.
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