Buenos días, Ceuta.
Estoy de vacaciones, pero llevo conmigo el portátil,
inseparable desde que se inició la era de los ordenadores, y
a través del mismo sigo en contacto con mi periódico.
Ayer, por el sábado, estuve invitado a la fiesta que
determinada asociación realizaba a causa de uno de esos
innumerables santos que pueblan el ya inabarcable santoral
católico.
La fiesta fue buena, cena magnífica, baile normal dentro de
los cánones de los años 70… lo que no me gustó fue el
espacio dedicado a la entrega de galardones, menciones,
premios, etc.
No me gusta, en absoluto, que las asociaciones, sean cuales
sean, dediquen galardones, menciones, premios, etc. a las
autoridades del momento, ya sean tanto locales,
provinciales, regionales y/o estatales.
Eso se llama HACER LA PELOTA.
¿Qué méritos tienen esas autoridades para que se les conceda
un reconocimiento de una asociación?, yo diría que ninguno.
Realmente ninguno.
Si lo hacen, la concesión de reconocimiento, por las ayudas,
subvenciones, etc. que reciben… eso es una gilipollez
tremenda.
Ese tipo de autoridades no tienen ninguna participación en
el otorgamiento de ayudas, subvenciones, etc., sólo firman
lo que les ponen por delante, sin importarles un carajo el
nombre del destinatario.
Si estuvieran influenciados por esos galardones, menciones,
premios, etc., estaría incursos en delitos como amiguismo,
tráfico de influencias, prevaricación, etc.
Entonces, ¿a qué vienen tantas loas?
Las ayudas, subvenciones, etc., vienen guiadas a través de
las leyes que rigen el tema y las asociaciones que las
solicitan lo hacen cumpliendo unos requisitos que imponen
las mencionadas leyes.
La concesión o no viene determinada por los equipos de
funcionarios destinados a ello y solo éstos son los
responsables de su concesión o denegación. Muy claro. Cobran
para eso..
Así que prefiero que esos galardones, menciones, premios,
etc. sean destinados a los socios y simpatizantes
colaboradores que SI SE SACRIFICAN por la asociación de
manera altruista.
Cuando estuve a cargo de una entidad, deportiva en este
caso, jamás acepté ofrecer galardones, menciones, premios,
etc. a ninguna autoridad del momento.
Los galardones, menciones, premios, etc. iban directamente a
los miembros afiliados a la entidad, ni más ni menos.
¿Por qué? Porque las autoridades están obligadas a ejercer
de eso, de autoridades, ya sea por salir elegidas por el
pueblo o bien designadas a dedo y ello significa que se
dedican a cumplir las normas que le ponen por delante
mientras que los afiliados, socios y/o simpatizantes lo
hacen de manera voluntaria, sin obligaciones, y sacrificando
su tiempo para ello.
¿Está clara la diferencia?, desde luego que sí. Más mérito
tiene un socio que se mete en la cocina y se pone a hacer
comidas y tapas. sin cobrar por ello, que un alcalde que
sale en la foto siempre sonriendo a pesar de estar imputado
o haber arruinado al Ayuntamiento y que nada ha hecho por la
asociación, salvo eso: estampar su firma y salir en la foto,
pongo como ejemplo.
La manía que tienen los presidentes y la Junta Directiva de
las asociaciones, denominadas ONG’s, de seguir practicando
este ritual cobista produce un mismo efecto pesimista entre
los socios y simpatizantes de dichas asociaciones, que se
consideran con más méritos que a quienes otorgan esos
galardones, esas menciones, esos premios, etc.
No quiero negar que alguna autoridad se lo merezca, no.
Algunas autoridades si se dedican, verdaderamente, a apoyar
a determinada asociación… pero entra ya en el campo de la
prevaricación y/o en el de tráfico de influencias. Así es el
país.
No voy a comparar a esas autoridades con los del caso Nóos,
ignoro de donde han sacado esta denominación y a qué hará
referencia, ni con los de otras organizaciones que han sido,
son y serán tapaderas para desvío de fondos públicos o
blanqueo de capitales en beneficio personal. Que quede
claro.
En fin, la vida sigue y yo también.
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