Traemos a nuestras páginas dos
hechos relevantes que marcan la impronta de la actual
situación de necesidad que padecen muchísimas familias. De
un lado, la carestía de la bombona de butano que ha subido
más de dos euros, situándose en los 16,40 ha llevado a buen
número de ceutíes a reciclarse en este sentido, adquiriendo
el gas en Marruecos para ahorrarse nada menos que 12 euros y
medio por cada bombona y se han visto obligados a adquirir
el cabezal para poder utilizar el gas del vecino país. Una
realidad que impone el ciudadano ante la falta de respuesta
política que hace caso omiso a las distintas propuestas de
la oposición de rebajar el precio de la bombona de butano.
La situación de crisis lleva a estas fórmulas caseras,
domésticas, prácticas en definitiva, que a buen seguro se
extenderán a medida que sean muchos los que secunden la
medida.
El Gobierno de Mariano Rajoy estudia liberalizar el mercado
del butano y crear la denomionada “bombona social” para
familias con rentas muy bajas, pero mientras llega en Ceuta,
la imaginación y la necesidad han hecho su propio “reajuste”
tomado cartas en el asunto. Una buena lección para los
políticos al adelantarse a los estudios, medidas o demás
gaitas.
Como hablamos de necesidad, de penurias, de crisis
económicas, Luna Blanca es un buen catalizador de esta
situación. Sus dos mil comidas diarias como suministro a los
pobres y necesitados, nos dan una idea de cómo se encuentra
el personal. Marruecos es un buen suministrador para
contribuir al ahorro de las familias que buscan en el vecino
país, no sólo la bombona de butano sino el pan, la fruta y
las verduras a unos precios sensiblemente inferiores a los
de Ceuta. Una lección bien aprendida y que supone un
“ajuste” práctico.
|