La iniciativa de poner en marcha
desde ayer los comedores escolares para los niños de
familias necesitadas, ha sido un logro importante, en el que
el Gobierno, espoleado por la oposición y con voluntad
política, ha asumido la necesidad de dotar con una partida
de 550.000 euros el desarrollo de un objetivo de “maximizar”
el beneficio social que supone proporcionar hasta el 15 de
septiembre a los menores más necesitados el sustento. Algo
esencial, donde actualmente han acudido 350, si bien hay
presupuesto para atender hasta un millar. En una ciudad como
la nuestra con una tasa de pobreza del 33,7%, nada menos que
12 puntos por encima de la media nacional, se hacía
imprescindible actuar con la eficacia que se ha hecho por
parte del Ejecutivo.
No podemos destacar en el mismo tono la actuación del
Gobierno en Arcos Quebrados, donde Caballas le acusa de
mentir al Pleno sobre un proyecto de actuación para el
saneamiento integral de la zona, cuando -según el partido de
la oposición-Acemsa solo trabaja en la instalación de una
nueva red de saneamiento en Casas Nuevas. En política la
mentira tiene el precio de la falta de credibilidad y el
descrédito. De ahí la reprobación que Caballas ha hecho de
la actuación pública en la Cámara parlamentaria de la Ciudad
por parte del Gobierno con toda la razón.
La cara y la cruz se solapan, porque una buena actuación
como la de los comedores escolares, queda “emborronada” por
una mentira pública en el foro donde es obligado actuar con
rigor, seriedad y diciendo la verdad. No pueden cometerse
estos errores a no ser que el Ejecutivo local quiera que le
saquen los colores. A nivel público no caben mentiras ni
medias verdades. El Gobierno está obligado a dar una
explicación. El ciudadano quiere la verdad y hay que
contársela.
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